TIRO AL AIRE
Presidente, ¿no siente miedo?
De entre todas sus estrategias, presidente Sánchez, la del miedo a lo que usted llama ultraderecha le funciona bastante bien
Air de fango
Pañales para la UE
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Iniciar sesiónEstimado presidente. Quería escribirle esta carta en cuanto su legislatura bajara el nivel de crispación. Estaba segura de que eso sucedería, dado que fue usted quien se lo propuso como objetivo. Y sin embargo, aquí estamos. No veo que esté poniendo mucho de su ... parte. De modo que, a falta de un momento de mayor paz, allá voy.
Como vivimos en los tiempos de la emoción, quiero hablarle de una muy precisa: el miedo. Digo precisa y sin embargo, hay tantos miedos como personas. Lo sé, esta frase es un lugar común. Cambie miedo por cualquier otra palabra –¿identidad, por ejemplo?– y se dará cuenta de que la escuchamos hasta la extenuación. Es una frase tendencia. Como el uso del miedo.
Suele definirse éste como una emoción negativa y sin embargo, explican los psicólogos, en su justa medida, es una estupenda herramienta de supervivencia humana. Los niños experimentan miedo desde muy pequeños seguramente por eso: para aprender a lidiar no con él, sino con la jungla de la vida. Lo mismo es.
Los políticos, no hace falta que se lo diga yo, también se sirven del miedo para sobrevivir. De entre todas sus estrategias, presidente Sánchez, la del miedo a lo que usted llama ultraderecha le funciona bastante bien. Pero tampoco le escribo por eso. Yo quiero, presidente, preguntarle por sus propios miedos. Nos ha hecho ver, para resaltar su humanidad, que tiene miedo de cómo pueda avanzar la investigación que afecta a su esposa. Faltaría más.
Lo que no sé, y es lo que me gustaría saber, presidente, es si siente miedo, yo lo tendría y ¿quién no?, de su propia respuesta ante tal miedo. Me interesa saber si, por ejemplo, teme excederse o equivocarse en cómo lo gestiona. Debería estar advertido de que ese miedo podría llevarle a reaccionar de forma injusta y temeraria. Sí, es un riesgo. ¿A quién no le ha pasado? ¿Atacar sin medir? ¿Enloquecer de miedo? Como un animal asustado. Nos ocurre a los ciudadanos de a pie, a los que no tenemos más poder que la llave de nuestra casa. Pero usted, presidente, lamento decirle –por si no tuviera a nadie que se lo recuerde en su equipo–, acumula más poder y, por eso, se enfrenta a mayores peligros en caso de mala gestión de sus miedos.
Usted si se dejara llevar, podría, me lo invento, meter a un país entero en una crisis diplomática internacional por sus miedos personales. ¡Qué miedo! O, me lo invento también, podría verse atrapado en sus mentiras si las utilizara para tapar o enmascarar sus temores. Imagine que un día nos dice «España va como un cohete» cuando los jóvenes son cada vez más pobres. ¿Sería una irresponsabilidad, a que sí?
Por eso espero y confío, presidente, en que sepa gobernar bien sus miedos. Sobre todo porque los demás empezamos a tener miedo de que no lo haga.
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