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pincho de tortilla y caña

Resaca

En los gritos de Navidad coexisten la esperanza y la decepción. Ayudar a que la una sobrepuje a la otra también ayuda a que la nuestra no se extinga

Los amores vecinos (20/12/2023)

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Luis Herrero

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Escribo estas líneas el día de la resaca. Han quedado atrás los festejos de Nochebuena y Navidad y el campo de batalla aún es un paisaje devastado. Las magulladuras de la contienda me tienen entumecido. El peor momento no fue el de la conversación ... multitudinaria de la sobremesa a pesar de que, al grito de «nenaza el que no lleve al límite su capacidad pulmonar», los gritos arrasaban los tímpanos como oleadas de napalm y en su trayecto de oreja a oreja carbonizaban la masa encefálica del cogote. Tampoco fue lo más duro el concurso de villancicos, por mucho que a uno de mis cuñados, a falta de zambomba, le diera por aporrear un cajón como si fuera el último acto vandálico que iba a poder permitirse el resto de su vida. Dios no le ha llamado por el camino del ritmo, aunque debo decir en su descargo que el orfeón familiar no afinaba una nota ni por casualidad. Alguien debería explicarles que cantar y berrear son actividades distintas.

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