SALA DE MÁQUINAS

Silencio feminista

Los colectivos del feminismo oficial callan estos días ante el clamoroso fallo en el sistema de pulseras de vigilancia a los maltratadores

Lo malo del feminismo oficial es lo mismo que lo de la prensa oficial, que deviene en gubernamental. Y en cómplice, por añadidura. Los colectivos del feminismo oficial, entusiastas contra las decisiones judiciales incluso cuando los jueces tienen las manos atadas por las decisiones previas ... del poder legislativo, callan estos días ante el clamoroso fallo en el sistema de pulseras de vigilancia a los maltratadores. Ayer descubrimos nuevas alertas desde la Comunidad de Madrid, que se suman a las anteriores, y donde tampoco hubo reacción del Ministerio de Igualdad. Ese ministerio tan rumboso con los gastos de propaganda y retórica y precario a la hora de cubrir las necesidades reales, los riesgos evidentes; pero al que nunca le faltan unos millones para aliviar los pesares de tantas entidades afines y protegidas con el riñón de los impuestos y la bandera de las mujeres. Volvemos al silencio por el doble rasero, porque si la negligencia llevara la firma de Ayuso o Moreno Bonilla aquí estaban ardiendo las calles.

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