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la suerte contraria

Nosotros, los superiores

Nunca he comprendido por qué los inmigrantes que viven en España son, por lo general, tan pacíficos

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Y ahora la prostitución homosexual

José F. Peláez

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Cuando comencé a trabajar en aquel hotel de Londres, me hicieron una ficha con el nombre, la edad, etc. Cuando llegué a la parte de «raza» marqué la casilla en la que ponía «blanco», pero aquellas chicas lo tacharon y, mascando chicle, pusieron por ... mí la equis de «hispano». Hasta ese momento jamás pensé que yo no fuera blanco, pero me lo aclararon rápido: «Blancos somos nosotros. Tú no». No creo que se refirieran solo al color de piel, la cosa iba más allá y apuntaba a lo cultural. Ya puedes ser albino, que, si has nacido en España, no eres blanco. Porque lo que quieren decir es que no eres como ellos. Y, por supuesto, no conozco a nadie que cuando reivindique ser diferente a ti esté reivindicando ser inferior. Así que la casilla «blanco», era, en realidad, la casilla de: «Nosotros, los superiores».

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