Pam y sus cuidados

Agarra su bolso, siempre el bolso, con la fe de un pensamiento que tira más a desguace y cacharrería que a una doctrina discutible, tranquilamente hablando. Con Irene y ella misma en el descuento, 'sobreras' del bloque progresista, ya no le quedan más batallas que dar que las de la imaginación de ese ministerio refractario a la naturaleza, a lo consuetudinario y a la testosterona. Igualdad, lo llaman con carteles simplones.

Pam ahora quiere otro ministerio, el de Cuidados, que nos lleve hacia una «Transición Feminista», que vaya usted a saber qué diablos se transiciona con esos mimbres y tanta mayúscula. Rodríguez 'Pam', tan Rodríguez como Zapatero, ese prócer retornado que le hablaba al viento y lo amnistía, va viendo que es hora de cuidados. De un ministerio más, para el que estaría disponible. La experiencia en la guardería de Igualdad marca. Aunque el españolito no llegue a final de mes, aun en funciones consiguieron el hito de la muerte civil de Rubiales y madre. Pam, eso sí, sigue con su sempiterno bolso muy en chica proactiva, con resabios de chica Almodóvar y propensión para el disparate. Qué conferencias con 'sus' hermanas, donde se dan la razón de la sinrazón y se pasan la tarde imaginando un mundo multicolor y sin posibilidad de réplica; donde todo varón perfumado de Brummel es el criminal.

Ya digo que es como de Almodóvar esta chica, con ese bolso que no es un zapato de Imelda Marcos, pero ahí anda en la historia íntima de l@s que liquidaron España a golpe de bobadas.