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una raya en el agua

Él, que tantos hombres ha sido

En el Senado no hubo nadie que entendiera la esencia mutante de un político capaz de dislocarse en varias personalidades

Un hombre perfectamente desinformado

La tentación autogestionaria

Ignacio Camacho

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Hubo el jueves en el Senado un momento surrealista cuando el portavoz de Junts –llamado, cómo no, Pujol– preguntó a Pedro Sánchez si pondría la mano en el fuego por Pedro Sánchez. El interpelado se quedó perplejo y dijo que la pregunta se respondía por ... sí sola, pero por un instante sobrevoló la sala la posibilidad de que se refiriese a sí mismo como «esa persona de la que usted me habla» o simplemente negara conocer a ningún Pedro Sánchez. Quizás el senador separatista había dado sin pretenderlo con la clave del personaje, que consiste en su asombrosa capacidad de desdoblarse. De ser con la mayor naturalidad el hombre que prometía no pactar con Bildu jamás de los jamases y el que pone a los presos etarras en la calle; el que apoyó el 155 y el que se alió con los golpistas, amnistía mediante; el que llegó al poder para acabar con la corrupción y el que tiene imputados en los tribunales a sus colaboradores de confianza y a sus propios familiares.

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