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una raya en el agua

La endemia nacionalista

El argumentario oficialista de la 'pacificación' se cae a pedazos por falta de colaboración de los presuntos pacificados

Gobierno en funciones

El pantano

Ignacio Camacho

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La única certeza de las próximas elecciones catalanas es que las va a volver a ganar el nacionalismo, entre otras cosas porque se trata de una fuerza transversal que ha hegemonizado el sistema político a base de permeabilizar a casi todos los partidos. Falta por ... saber si el vencedor será el separatismo frontal, gamberro, de Junts; el separatismo pragmático de Esquerra; el criptonacionalismo del PSC o el autodeterminismo de los Comunes de Colau, que han servido el pretexto para el adelanto; o si los energúmenos de las CUP resultarán decisivos para armar acuerdos parlamentarios. Pero es seguro que la Cámara autonómica tendrá alrededor de dos tercios de partidarios de la independencia, inmediata o a plazos, y que los socialistas sólo pueden aspirar a gobernar de su mano. El constitucionalismo, allí llamado despectivamente españolismo o unionismo –como si se pudiese aspirar a unir lo que no está fracturado–, será minoritario o incluso testimonial aunque pueda subir en escaños si el PP y lo que queda de Ciudadanos son capaces por una vez de trascender la pequeñez de sus escrúpulos sectarios.

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