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diario de un optimista

La seducción de los desastres

En el extremo opuesto de esta aburrida realidad económica, vemos cómo se instala en la opinión pública una nueva ideología que podría calificarse de antieconómica

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carbajo & rojo
Guy Sorman

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Como sabemos, las buenas noticias rara vez aparecen en los titulares: los lectores se sienten más atraídos por las tragedias, mucho más interesantes que la realidad cuando esta es positiva. El filósofo británico Isaiah Berlin señaló acertadamente que todos afirmamos que buscamos la verdad, ... pero que en realidad no la buscamos, porque si la descubriéramos, nos daríamos cuenta de que no es tan interesante. Las novelas hacen soñar. ¿Y la realidad? En absoluto, sobre todo cuando se trata de economía, la más maltratada de todas las ciencias y la que mejor se presta a la imaginación. Y, sin embargo, como todas las ciencias, existe y describe la realidad. A veces, las noticias son buenas: en estos momentos, por ejemplo, no se puede negar que la economía española registra un nivel de crecimiento superior a la media europea. En cambio, el Gobierno cae en la mentira cuando pretende atribuirse el mérito. Si se analizan con detenimiento las estadísticas económicas, disciplina que admito que es muy aburrida, se verá que el crecimiento español está impulsado en gran medida, sin duda demasiado, por el sector turístico. España cuenta con un clima y unos parajes excepcionales, hoteles de calidad y una tradición de servicio. Pero no es más que realidad.

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