Begoña Gómez amenaza a Friedman

Ahora que miles de chavales se están preparando la selectividad, conviene llevarles al apartado de la web de la cátedra y mostrarles con el texto de la mujer del presidente cómo no tienen que escribir (https://www.transformacionsocialcompetitiva.com/catedra/). Ya sabemos que hay inflación de notas pero mejor que escriban con cierta corrección para tener el aprecio de los evaluadores. En el texto de la directora de cátedra, faltan comas, se ponen comillas sin venir a cuento, hay jerga incomprensible y faltas de concordancia. No podemos escandalizarnos sobre la posibilidad de que le dieran el título con esa redacción porque, a estas alturas, no sabemos de qué se graduó. Qué más da si está por lo que está.

Acaba su breve escrito así: «Desde esta Cátedra te invitamos a pensar en modelos que permitan resetear el capitalismo como lo entendía Milton Friedman hace más de 50 años». Me surgen dudas. ¿Quiere volver al capitalismo del economista liberal o quiere resetearlo? Desde luego, la acción de gobierno de su marido está consiguiendo regular a fondo la libertad de mercado que gustaba al Nobel de Economía. Lo último, por ejemplo, es obligar a las empresas de más de 50 trabajadores a tener un plan LGTBI, lo que, sin duda, contribuirá de manera decisiva al aumento de su productividad y a esa transformación de la sociedad que auspicia la cátedra complutense. Ya se pueden comprar esos planes 'online', con temas vitales para el funcionamiento de una empresa como que los trabajadores sepan qué es la sexualidad y distinguir sus tipos.

Milton Friedman es un economista muy querido por los integrantes del Instituto Juan de Mariana, que, en junio, premiarán a Javier Milei, presidente de Argentina. Tiene lógica porque el argentino es el único mandatorio mundial que se ha propuesto implementar, él sí, el capitalismo tal y como lo entendía Friedman, con máxima libertad para elegir. Si quieres o no, por ejemplo, formar a tus trabajadores en sexualidad.

La polémica de Sánchez con Milei ha hecho mucha publicidad al Mariana, un reducto de liberales conocido entre unos pocos miles de frikis de la teoría económica que ha querido premiar «al primer presidente libertario de la historia». El argentino ya ha dicho que piensa venir a recoger el premio, pese a las represalias diplomáticas del Gobierno de España ante el insulto a Begoña Gómez. En vez de corrupta, podría haber dicho que no sabe escribir. Aunque, bien pensado, que una señora que escriba ese texto ocupe una dirección de cátedra me sigue sonando a corrupción. Pero no seamos tiquismiquis. No insultemos a España, o sea, a Begoña Gómez.