Hoy entra en vigor la reforma penal impulsada por el Gobierno, y exigida por el independentismo, que reduce a la nada el delito de sedición y rebaja –hasta casi despenalizarlo para los condenados por el 'procés'– su delito de malversación de caudales públicos. Rumores aparte ... sobre un eventual regreso triunfal a España del huido Carles Puigdemont, la reforma culminará antes o después con la superación de la pena de inhabilitación impuesta a Oriol Junqueras y el resto de condenados, de modo que se abre la puerta a que puedan volver a concurrir a las urnas. Es decir, el pasado indulto parcial lo será ya total. La reforma tendrá una segunda derivada porque se abre la posibilidad de una rebaja masiva de penas a corruptos castigados por malversación. Será el precio a pagar por satisfacer al independentismo.
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