la suerte contraria
Broncano y la verdadera irreverencia
Aunque solo sea por morbo, el estreno de su programa será un éxito que se irá disipando hasta llegar a la irrelevancia
Racistas, idiotas y maleducados
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Iniciar sesiónLa verdad es que el tipo es bueno, tiene talento y sobre todo es irreverente. En realidad, la irreverencia no se puede valorar en sí misma y estará bien o mal en función de la virtud inherente a aquello que te niegues a reverenciar, porque ... no se puede construir sobre la base de un negativo. Para saber lo que está mal primero tienes que saber lo que está bien y por qué. Del mismo modo, para ser irreverente ante algo has de saber previamente ante qué haces reverencias, delante de qué te descubres, cuáles son tus cimientos. Uno no puede ser irreverente de modo holístico a no ser que sea un chalado, un idiota o un mal columnista. Aunque las tres cosas suelen ir unidas.
Ser irreverente a lo recalcitrante, como hace Broncano, está bien. Es divertido asustar a meapilas que, en lugar de oponerse a ciertas formas de progreso, se oponen al progreso, que es como oponerse a la ley de la gravedad. Decía Madina que España necesita un 'shock' de modernidad y es cierto. Hay sectores de la sociedad que se oponen a la razón, al conocimiento e incluso al avance científico, cultural y artístico si este no encaja con sus cánones cerriles. Entre ellos el PSOE. Ante eso no cabe otra cosa que ser irreverente. A Madina se le olvidó decir que ese 'shock' debería empezar por mandar a la izquierda al mismo lugar que a los reaccionarios y por el mismo motivo: porque es otra forma de carcundia. El progreso, el avance y el desarrollo de la sociedad necesita que la izquierda realice una enmienda a la totalidad a su devenir irracional, delirante y desquiciado.
Lo mismo le pasa a Broncano. Estaría bien verle, por una vez, ser irreverente con el PSOE, con el nacionalismo, con la aberración de la ley 'trans', con el escándalo de haber amnistiado terroristas o terminado con el principio de igualdad ante la ley. Reírse de la Iglesia tenía su valor en el siglo XVI pero para hacerlo hoy se necesita el mismo valor que para acosar a un niño asustadizo en el patio del colegio. La irreverencia que nos gustaría ver de Broncano es otra, queremos verle ser irreverente con el poder, con el verdadero poder, con los que le van a pagar 14 millones de euros por temporada.
La campaña que le estamos haciendo es impagable. Aunque solo sea por morbo, el estreno de su programa será un éxito que se irá disipando hasta llegar a la irrelevancia. Porque su público ni es masivo ni ve televisión en directo. Pero ese aparente fracaso será una trampa porque lo será solo en términos de audiencia. Y a quien realmente le paga, es decir, al PSOE, no le importa la audiencia en televisión sino en internet, a través de la difusión de pequeñas piezas en Instagram, TikTok o Whatsapp. Ya está, de eso va todo. El PSOE planea elecciones. Y a través de Broncano quiere recuperar los votos que ha perdido entre la gente joven. Pronto se darán cuenta de que los chavales perciben a Broncano como una parte más del sistema. Y harán con él lo que hacen con el resto del poder: silenciarlo. Eso es lo realmente irreverente.
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