sin punto y pelota

Sin noticias de Singapur

La criminalidad es baja, la inmigración está muy regulada, hay obsesión por la excelencia en la educación y el servicio militar es obligatorio

Por inercia

Problemas serios de matemáticas

Singapur sólo es noticia cuando salen como los mejores en los resultados de PISA, la prueba internacional de conocimiento de Matemáticas, Lectura y Ciencias. Poco más, quizá por la Fórmula 1 y por los que soñamos con un gintonic en el Raffles, uno de los ... mejores hoteles del mundo. Hace poco, ha habido elecciones y no nos hemos enterado. No es un país muy emocionante electoralmente hablando. Ganan siempre los mismos, el Partido de Acción Popular, desde su independencia, en 1965, dato que le vale la etiqueta de 'democracia defectuosa' porque la alternancia en el poder es buena señal, así, como norma. Tiene tintes autoritarios (sigue existiendo la pena de azotes, con un palo, el 'canning') y se limita, según índices sobre calidad democrática y Reporteros sin Fronteras, la libertad de expresión. ¿La ideología del PAP? Complicado, porque son promercado y, a la vez, el 80 por ciento de la población vive en una casa pública. La criminalidad es baja, la inmigración está muy regulada, hay obsesión por la excelencia en la educación, el servicio militar es obligatorio y han conseguido hacer agua potable de la reciclada. Son prácticos, básicamente, y para eso se dejan de ideología y de políticas de identidad. Hace unas semanas, se alertaba contra un partido islamista que llamaba a votar por identidad religiosa, algo muy poco Singapur.

Lawrence Wong, primer ministro, tiene un master en Economía por Míchigan y otro en Administración Pública por Harvard. En su Gobierno hay varios miembros que han estudiado en universidades de élite de EE.UU. y de Reino Unido. Su predecesor, Lee Hsien Loong, es matemático por el Trinity College de Cambridge. Estamos hartos de la titulitis y de la deriva de ciertos campus, pero, qué quieren, depende de qué grados y sitios. ¿A qué vienen estos datos sobre un país afortunadamente aburrido? Incidir en el debate sobre democracias fallidas o que se deslegitiman. ¿Puede ser que una mayoría de electores de Singapur siga votando al PAP por ciertas limitaciones en la libertad de prensa, de reunión y que tengan el cerebro un poco lavadito o que sepan ver los avances de su país minúsculo y toleren una democracia defectuosa? Me inclino por lo segundo. La pregunta es qué defectos estamos dispuestos a tolerar para qué resultados.

Aquí tenemos nuestros propios defectos de la democracia: ataques a los jueces desde el Gobierno, mentiras en sede parlamentaria como rutina e intenso tráfico de influencias en los alrededores de Moncloa. Toleramos apagones con buen rollo, parones de trenes con bailecitos de TikTok, pandemias con aplausos en los balcones y gobernar chantajeados por un prófugo de la Justicia. Sin embargo, según el Índice de Democracia de la Economist Intelligence Unit (EIU), España está en el puesto 24 de 167 países y Singapur en el 70.

Si los políticos occidentales están preocupados por legitimar la democracia, quizás deberían estudiar resultados de otras más imperfectas. De países que no dan noticias.

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