Mejor que Begoña no declare

Juez instructor: «¿A qué se dedica usted profesionalmente?»

Begoña Gómez: «El marketing de 360 grados es el resultado de aplicar diferentes herramientas y acciones para un cliente potencial. 360 grados donde convivan la multicanalidad con la segmentación».

Juez: «¿Podría explicarse un poco más?»

Begoña: «Hoy el cliente está empoderado, por lo tanto, tenemos que trabajar con una inteligencia comercial que conviva con una estrategia multicanal que nos va a hacer conseguir más clientes, más longevos».

Juez: «Perdone, pero no la entiendo, señora. ¿Qué hace usted exactamente en el máster de la Complutense?

Begoña: «Aquí aprenderás a diseñar y confeccionar una estrategia de impacto social y medioambiental competitiva, integrada en la estrategia de negocio eficiente y eficaz».

Juez: «Disculpe, pero ¿eso cómo y con quién se hace?»

Begoña: «Con un claustro de expertos para definir el negocio y cómo contribuir desde el negocio a los objetivos de desarrollo sostenible, cómo dibujar una estrategia transversal y cómo tu impacto afecta a tus grupos de interés».

Juez (desesperado por momentos): «Permítame que insista: ¿eso quién lo paga?»

Begoña: «Cualquier profesional que quiera trabajar desde la perspectiva del impacto, ya sea emprendiendo o intraemprendiendo, formando parte de un ecosistema transformador donde cada día somos más. Muchas gracias».

Juez (a puntito de cortarse las venas): «¿Y para qué clientes?»

Begoña: «Hay que apostar por un cliente que quiere nuevas experiencias y no quiere café para todos. Se puede analizar a un cliente y su comportamiento digital desde diferentes técnicas: tenemos lo que es el neuromarketing, la netnografía, tenemos la inteligencia artificial...»

(Entonces el juez solicita un descanso para medirse la tensión porque le iba a dar un 'parrús').

Y así, con esta recreación, se entiende mucho mejor la estrategia de defensa de Antonio Camacho, exministro del Interior con ZP (esa es otra), y abogado defensor de Begoña Gómez: «Que no vaya a liarla más todavía –pensará–, casi mejor que no declare».

PD. Insisto: juro por mi padre que los entrecomillados de Begoña Gómez son copia literal de sus presentaciones en la empresa Inmark y en el máster de la Universidad Complutense.