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Bala perdida

Berlusconi en el taller

A veces dice que se va, y otras veces ni avisa de que vuelve

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Ángel Antonio Herrera

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No sé yo en qué novia anda ahora o no anda Silvio Berlusconi, aunque en su afición otra, la política, vive en vínculo con Giorgia Meloni, en la coalición gobernante. Berlusconi siempre está entre ligón de casino y jefazo de resurrección. A veces dice que ... se va, y otras veces ni avisa de que vuelve. Mientras escribo, le apañan algunas dolencias últimas en un hospital romano. Berlusconi tiene ya ochenta y muchos años, y entre juerga y mitin, entre mitin y juerga, le toca un rato de taller de hospital, a que le remienden el corazón un poco deshilachado. Berlusconi cruza un aire de califa de crucero y un aire de bolerista de bingo. Iba a la Unión Europea como el último 'playboy'. Entendió la ley para defenderse, a ratos, y en algún momento miraba la crisis de su país desde un avión privado. De Berlusconi, a veces, creemos que nos hemos librado, pero no, porque funda un partido, cambia de consorte, o perpetra un disco romántico. O pasa por la clínica, al parcheo obligado. De modo que es un tema guadiana, para el cronista, y siempre te arregla el folio de retrato, como una castañera, en invierno, o una 'pinup', en verano. Un día le dio por apuntar el número de sus traidores, muy en su estilo, que pudieramos ceñir aquí con una de sus frases históricas: «A veces, cuando me miro al espejo veo que me parezco a Al Capone». Il Cavaliere, al que no le tuestan el ego ni los rayos uva, también se ha adornado a ratos como «el Jesucristo de la política», porque se sacrifica por todos. A rachas, se ha sacado leyes de la manga de buen traje, para que no le pille el miura de las causas pendientes, y ha dejado Italia para el tinte, o casi, en alguna época de amarga memoria. Los cabales no se fían mucho de Berlusconi, porque Silvio necesita la política, pero no para el sacrificio, sino para el blindaje. Perpetró un disco titulado 'El verdadero amor'. No es Perales o Al Bano, y lo mismo vendió poco, pero entre velinas ha hecho mucha gira. Enseguida, saldrá pletórico de achaques, bajo el alta de melómano de señoritas y mecenas de sí mismo.

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