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La Tercera

Sorolla y la tradición

Sorolla es todo lo contrario de un decorador. Es un narrador. Su fuerte es el movimiento, y para que haya movimiento, algo tiene que moverse

El fin de las maneras en la era Trump

Un poema y algo más

Carbajo & Rojo
Álvaro Delgado Gal

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Durante mucho tiempo se ha contemplado a Sorolla con condescendencia, incluso, con un punto de desdén. ¿A qué especie, a qué concepto se acudía para decretar que no daba la talla? Según parece, Sorolla no era moderno. Al revés que Picasso o Juan Gris, ... sobreañadía, a sus dejes museísticos, un imperdonable gusto por el folclorismo y la anécdota. ¿Y bien? La mejor manera de estudiar la cuestión es alargarse hasta la calle Bailén y dedicar hora y media a la antológica con que las Colecciones Reales celebran el centenario del pintor. Se sacan pronto dos conclusiones. Es verdad, primero, que nuestro hombre, ¡qué se le va a hacer!, no fue moderno, al menos de aquella manera. Dos, maldito lo que eso debería importarnos. Vayamos por partes.

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