Vuelve Cascos
Se nos había olvidado como era Cascos y se nos había olvidado que la única vez que el PP alcanzó el poder fue con un proyecto de centro que tuvo como rostro el de José María Aznar y una durísima oposición sin complejos para la ... que puso la cara su número dos. Puede que haya otra manera de alcanzar La Moncloa y que Rajoy lo consiga por la puerta de atrás y confundiéndose con el paisaje, pero de momento la historia es la que es, lo que conviene recordar esta semana en la que el ex presidente ha celebrado sus veinte años de liderazgo y el ex vicepresidente ha anunciado de hecho que vuelve a la política activa en su Asturias natal.
En medio del mensaje plano de su partido, la denuncia de Cascos de que hay «una camarilla policial» capaz de preconstituir pruebas para llevar a los tribunales a dirigentes del PP ha sonado como una bomba entre quienes no recuerdan o no quieren recordar que así denunció los desmanes de Filesa, los silencios pagados a los protagonistas del GAL, las corruptelas de Roldán y el ir y volver a la política de Garzón. Y, en resumen, así avisó a los socialistas de que los populares no iban a consentir juego sucio y convenció a muchos españoles de que había otra manera de gobernar.
Ahora, el Gobierno se ha lanzado a desacreditar a Cascos. Igual que antaño. Pero este ya ha presentado al menos un ejemplo de acusación policial sin pruebas contra él, por lo que ha recibido el amparo judicial. Y, para explicaciones, las que aún debe el Gobierno por la presencia del jefe de esa policía que, efectivamente, es quien se inventó la detención de Roldán en Laos, en la famosa cacería de Garzón y Bermejo de donde nació la Operación Gurtel.
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