Editorial
Subir las cotizaciones es un grave error
LA política económica que ha emprendido el Gobierno del PSOE, con el apoyo inestimable de Podemos, oscila entre la incertidumbre, la improvisación y la insensatez, y el problema es que su costosa factura será sufragada por todos los españoles. Al aumento del déficit público y ... las numerosas subidas de impuestos que incluye el plan presupuestario de Pedro Sánchez se suma ahora la intención de elevar aún más las cotizaciones sociales, a pesar de que España ya soporta una de las fiscalidades sobre el trabajo más altas de la UE. Según avanzó la Airef el pasado jueves, el Ejecutivo pretende incrementar hasta un 12 por ciento la base máxima de cotización, más allá de disparar otro 22 por ciento la mínima, encareciendo así los costes laborales de más de 2,5 millones de asalariados en total, sin contar el gran número de autónomos que también resultará afectado.
Sin embargo, y en una nueva muestra de desconcierto, la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, dejó ayer todo en el aire, a la espera de que esta medida sea discutida en el seno del Pacto de Toledo y la Mesa de Diálogo Social. Sea cual sea la subida definitiva, aumentar las cotizaciones sociales constituye un grave error. En primer lugar, porque esta mayor carga fiscal lastrará la creación de empleo en un momento en el que, además, ya se empieza a percibir la desaceleración económica, tal y como advirtió ayer mismo la CEOE. Dificultar la contratación cuando España todavía sufre una tasa de paro del 15 por ciento es un despropósito. Asimismo, reducirá la competitividad de las empresas, dañando el crecimiento, y, por si fuera poco, la recaudación prevista no logrará reducir el enorme déficit de la Seguridad Social, próximo a los 20.000 millones de euros.
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