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DIARIO DE UN OPTIMISTA

Siempre que no cambie nada

La frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur ha logrado crear dos pueblos distintos que, al parecer, no desean vivir juntos. En cualquier caso, no en el sur

JAVIER CARBAJO
Guy Sorman

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Quienes lleguen a Corea del Sur, que no esperen descubrir una nación movilizada, angustiada ante una guerra inminente. En el aeropuerto de Incheon, un oficial de seguridad me hizo una sola pregunta: si había estado en contacto con algún camello. No me lo estoy inventando; ... parece ser que algunos viajeros que habían pasado por Oriente Próximo informaron sobre unos microbios que están propagando una gripe pulmonar por la región. Los numerosos coreanos que utilizan máscaras para protegerse de las miasmas y proteger a los demás -entre las mujeres está de moda llevarla negra- dan testimonio del temor nacional a las epidemias, y no a un ataque inminente de Corea del Norte . Además, vista desde Seúl, Corea del Norte está muy lejos, más lejos en las mentes que por la geografía. La frontera infranqueable está a 40 kilómetros de la capital, pero lo mismo podría estar en la Luna. El tiempo ha alejado a los dos pueblos. Cuando fui a Corea del Sur y Corea del Norte, hace 40 años, la guerra había partido en dos a muchas familias, de un lado y de otro; el deseo de reunificación de las dos Coreas estaba aún muy vivo, ya que habría permitido la reunificación de las familias.

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