Gonzalo Boye, todas las categorías del mal

Salvador Sostres

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07/02/2020
Actualizado 08/02/2020 a las 11:56h.

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Gonzalo Boye es un secuestrador y Quim Torra y Carles Puigdemont tienen a un secuestrador por abogado. Si a alguien le quedaba alguna duda de la calaña moral de los líderes del independentismo, baste este dato para aclararla. Quienes en el independentismo le adoran ciegamente por considerarle un soldado de su causa nos ayudan a recordar hasta qué punto, y hasta qué crueldad, el fanatismo conduce a la maldad. Boye, que además de un secuestrador es un pésimo abogado, despreciado por los penalistas con dos dedos de cerebro, engañó a la Justicia prometiendo pagar la multa de su condena en cómodos plazos de 5.000 de las antiguas pesetas hasta el millón doscientos mil euros que en total debía. Sólo realizó uno de estos pagos.

Boye ha sido abogado de la peor gente del planeta: ha actuado contra Israel, contra los Estados Unidos y fue el abogado del criminal Rodrigo Lanza , condenado a 5 años de prisión por dejar en estado vegetativo irreversible a un guardia urbano de Barcelona. Ahora la Audiencia le ha embargado los bienes para que finalmente indemnice a Emiliano Revilla , a quien secuestró en 1988, en colaboración con ETA. No podrá el siniestro abogado aducir que carece de dinero para afrontar el pago, porque en su mezquino oportunismo, hasta el más mínimo trámite que ha hecho en favor de los independentistas -en favor es un decir, porque no les ha beneficiado en nada- lo ha cobrado a precio de oro, tanto del bolsillo de Puigdemont (es decir, del dinero público con que le mantenemos entre todos), como de la llamada «caja de resistencia».

Gonzalo Boye encarna todas las categorías del mal: ha defendido siempre las teorías e ideologías más mortíferas y contrarias a los intereses de la Humanidad; siempre que ha podido ha optado por el terrorismo y antes de ser condenado por colaborar con ETA fue simpatizante del MIR, una guerrilla de extrema izquierda chilena que, con el apoyo de Cuba, quería instalar un estado marxista en Chile; y pese a la nube de propaganda que ha creado a su alrededor, ha perdido todos los juicios en los que ha participado, y en el caso de Puigdemont, se ha intentado apropiar fraudulentamente -tan fraudulentamente como todo en su vida- de las victorias conseguidas por el abogado belga Paul Bekaert , otro experto en ayudar a etarras, aunque a éste tenemos que agradecerle que se limitó a defenderles y no a organizarles las atrocidades.