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La reputación

La Primera Enmienda de la Constitución americana ha podido más que el honor de Melania

Rosa Belmonte

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Olivia de Havilland ha vivido lo suficiente para ver que no le dan la razón en su demanda contra FX por Feud . No sé cuántas veces he escrito de esto desde que se le ocurrió quejarse por la existencia de la ficción televisiva (no ... de esa ficción; en el fondo, de la idea de ficción). Y fue mucho después de que la serie se estrenara y Catherine Zeta-Jones la interpretara como secundaria de Bette Davis y Joan Crawford. Como Zeta-Jones dice al principio, «las disputas (feuds) nunca tratan sobre el odio. Tratan sobre el dolor». Y a ella le duelen cosas que a otros no. La Corte de Apelaciones del Segundo Distrito de California ha considerado que prevalece la Primera Enmienda de la Constitución (la de la libertad de expresión). Según la actriz, la imagen que se da de ella en Feud dañó su «reputación profesional de integridad, honestidad, generosidad, autosacrificio y dignidad». Según el tribunal, «no tiene el derecho legal de controlar, dictar, aprobar, desaprobar o vetar la representación de personas reales hecha por el creador«. Entre otras cosas, en Feud se la ve llamando puta a su queridísima hermana Joan Fontaine. La Melania de Lo que el viento se llevó aseguró que ese «término ofensivo« iba contra su reputación de «buenos modales, clase y amabilidad». También se vería llegar un Feud de las hermanitas.

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