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la barbitúrica de la semana

Cuba libre, ¿el nombre de un trago?

El comunicado contra las manifestaciones demuestra cómo la posibilidad de una isla liberada del régimen es poco menos que una extravagancia

Karina Sainz Borgo

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Para ser intelectuales, a algunos les gustan bastante los dictadores o incluso las versiones menguadas de tal cosa como un autócrata. Hay sobrada evidencia al respecto. Fidel Castro tuvo sus incondicionales, los que lo apoyaron a pesar de cualquier desmán: el colombiano Gabriel García Márquez ... o el argentino Julio Cortázar. Pero hubo más: el filósofo Jean Paul Sartre y la escritora Simone de Beauvoir, que acudieron a la isla en pleno safari ideológico durante la década de los años sesenta, y como esa una variopinta feligresía.

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