Hay que vivir
«Mi padre estuvo en ETA»
La memoria individual contra la colectiva: lo veraz contra lo falso
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«Mi padre estuvo en ETA». Lo cuenta un joven cineasta llamado Jon Viar en un autobiográfico y personalísimo documental titulado ‘Traidores’, en el que da voz a las personas que fueron capaces de salirse de ETA y no lo pagaron con su vida. La ... primera secuencia acaba con una frase de uno de esos ‘traidores’ que protagonizan la obra: «La responsabilidad de mis actos era exclusivamente mía». Me hizo reflexionar, porque existiendo siempre una responsabilidad individual en este caso no se pueden obviar las colectivas, muchas de ellas institucionales; y también los silencios. En otro momento, el propio Jon interpela a Teo Uriarte, cuando este recuerda su salida de ETA antes de la muerte de Franco, pero después del primer asesinato: «Pero tú no tienes la culpa de lo que ocurrió después».
-Sí, porque se traspasó una línea, la de la sacralidad de la vida humana.
Me impacta la enorme capacidad de los Uriarte, Viar, Juaristi, Arizmendi para revisitarse a sí mismos, su humildad, su clarividencia, su valentía, aún hoy, para construir un dique intelectual y moral contra ese fascismo que aún está entre nosotros: el tribunal identitario sigue vigente.
La última obra del cineasta Iñaki Arteta es un libro. Se titula ‘Historia de un vasco. Cartas contra el olvido’. El olvido. Y enlaza con el hilo conductor de los documentales que ha dirigido durante los últimos 20 años: llenar de cruda realidad los vacíos. En estos tiempos de memoria colectiva -impuesta en gran medida, revisionista por definición-, urge recuperar la memoria individual. Aunque nuestros recuerdos pueden no ser objetivos (nunca lo son) seguro que son auténticos. La memoria individual como herramienta frente a la imposición de una memoria colectiva. Lo dice Arteta en su libro: «Es con la suma de experiencias particulares como se construye la verdadera Historia». Y ahí es donde brillan los trabajos de Iñaki Arteta y de Jon Viar: un torrente de experiencias individuales para contrarrestar el diluvio del pensamiento único, colectivo, uniformador y, sobre todo falso. Lo veraz frente a lo falso, lo individual frente a lo colectivo. Un debate que nos interpela a todos.
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