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cambio de guardia

Donde fe, lotería

Nosotros, a fuerza de haber perdido a todos los dioses, creemos en la lotería: un dios a nuestra altura

Gabriel Albiac

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Era el siglo de las metáforas: en la ilusión óptica de sus iglesias como en la malla de tropos sobre la cual enredan su algoritmo endecasílabos o alejandrinos; en la bóveda fingida de una basílica jesuita de Roma como en los prolijos laberintos silábicos de ... Góngora o de Quevedo. Y, en ese virtuoso cónclave de metáforas, sinécdoques, metonimias, que un gramático atribuirá en 1660 al gusto de los hombres por «dejarse llevar casi siempre más por el sentido de sus pensamientos que por las palabras de las que se sirven para expresarlos», Blaise Pascal iba a asentar uno de las no muchas metáforas que logran vencer al olvido: «Corremos despreocupadamente hacia el precipicio, luego de haber puesto entre él y nosotros algo que nos impida verlo».

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