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Antonio Burgos

España sin complejos

No ha hecho falta que juegue la selección española de fútbol para que España, sin complejos, se llene de banderas rojigualdas

Antonio Burgos

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Cuando di el pregón de la Semana Santa de Sevilla, tuve tanta oportunidad de desgranar sentimientos y recuerdos, que en vez del protocolario «He dicho», mis palabras finales fueron: «Señores, ustedes me dirán qué se debe aquí». Algo así quizá, y a lo mejor antes ... de lo que pensamos o de lo que nos tememos, habrá que preguntarles a los golpistas separatistas que prepararon el referéndum ilegal para la pretendida independencia de Cataluña: «Señores, ustedes nos dirán qué se debe aquí». Qué se les debe porque su peligrosa senda lleva al lugar que ellos quieren que conduzca, pero también nos ha conducido a otro que ni a soñar que nos echáramos hubiésemos pensado que lograríamos: que los españoles sintamos el orgullo de serlo, sin complejos, sin vergüenza, con la misma valentía con que hasta ahora sólo se podía usar remando a favor de corriente, es decir, de lo que llamamos lo políticamente correcto, entre lo que estaba la propia negación de España, del Estado resultante de la Constitución de 1978, de su Monarquía Parlamentaria, de su Rey, de su bandera, de su Marcha Real, de sus Ejércitos y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, de la Patria española en suma.

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