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Sin vacuna por ser policía español

La marginación casi xenófoba a la que la Generalitat somete a policías y guardias civiles con la vacunación en Cataluña es escandalosa. El odio a lo ‘español’ persiste y nadie lo persigue

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El Gobierno de Pedro Sánchez tiene mucho de cobarde. Mientras se le llena la boca con defensas teatrales de la vacunación nacional para criticar a la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, calla sumisamente ante la marginación sectaria de policías y guardias civiles por parte ... de la Generalitat catalana. El Ejecutivo separatista de Cataluña es el único que apenas está vacunando a las miembros de las fuerzas de seguridad del Estado. La reacción de Moncloa no ha sido imponer un estado de alarma solo para Cataluña, como el que sí le endosó a Madrid en el puente de El Pilar de 2020, pese a que la exclusión de policías y guardias civiles es un incumplimiento flagrante de las obligaciones de la Generalitat con la estrategia nacional contra la pandemia. Tampoco ha habido un requerimiento público al presidente catalán en funciones, Pere Aragonès, para que cese en su política inicua, propia de nacionalismos xenófobos. El Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido asumir la vacunación de ambos cuerpos policiales y consentir un gesto especialmente despreciable de la Generalitat porque revela un absoluto rechazo por la solidaridad y el compromiso puramente humano. De los nacionalistas catalanes no se puede esperar que respeten las leyes, ni las sentencias, ni las instituciones nacionales porque el conflicto y la discordia es su estado natural. Pero al marginar a policías y guardias civiles de un plan de vacunación contra la pandemia del Covid-19, el independentismo ha retratado claramente su carencia de escrúpulos. Y el PSOE, callado.

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