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Editorial

Un show contra la democracia

Siempre que el Rey invoca el interés nacional, el valor de la Constitución o el Estado de derecho, es un bálsamo para los españoles que siguen creyendo en la libertad y en la legalidad

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La invocación de los valores democráticos que ha hecho el Rey, coincidiendo con el séptimo aniversario de su proclamación, cobra toda la vigencia en estos momentos críticos para la democracia. Su reivindicación del «interés nacional», de la cohesión y la convivencia, o su compromiso con ... España «como Estado social y democrático de derecho», representa el mejor mensaje de fortalecimiento de nuestros valores y de una historia común que necesariamente hemos de seguir construyendo todos los españoles. Siempre son necesarios los mensajes de Felipe VI en ese sentido, y abundan en su papel constitucional como árbitro y moderador del funcionamiento de las instituciones. Por eso mismo son relevantes sus palabras en un momento en que el Gobierno está forzando las costuras de muchas de esas instituciones. No es de recibo que nadie utilice la figura institucional del Rey como argumento político de parte porque eso sería pervertir el papel mismo que representa la Monarquía parlamentaria. Sus palabras son nítidas, y bastan y sobran en sí mismas sin necesidad de mayores interpretaciones como bálsamo para los españoles que siguen creyendo en la democracia y la libertad.

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