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La Tercera

Volveré. O no...

«Si mañana el fiscal concluye que no encuentra motivos para pedir su procesamiento por asuntos desvelados por un policía encausado y una avispada comisionista, JC podría aplicar inmediatamente la textualidad de su carta y volver a trasladarse a su casa, de la que ha sido amablemente invitado a marcharse. Es decir, podría hacer verdad lo que se esconde tras sus confidencias a quienes tienen su confianza: “Volveré”»

Carlos Herrera

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«Para que estés tranquilo, me voy», le dijo el Rey Juan Carlos al Rey Felipe. «Y también para estar tranquilo yo», añadió. Y se fue de su casa. La reunión se produjo en el despacho del Rey, donde Felipe le convocó, no en comedor, ... no en un paseo, en su despacho oficial. Al entrar, JC observó que estaba también Jaime Alfonsín, Jefe de la Casa, que fue quien tomó la palabra y le indicó que debía abandonar La Zarzuela porque así se lo había indicado la vicepresidenta del Gobierno. Un hombre de 82 años, acribillado a costuras por las más diversas intervenciones quirúrgicas, con limitaciones de movilidad -tiene que ser auxiliado para entrar o salir de los sitios-, y con un innegable regusto amargo acumulado por cada día vivido bajo presión, dejó hace unos días la que fue su casa durante más de cincuenta años. Donde está -donde esté- se habrá librado del ambiente irrespirable de una sociedad mediática en la que se le considera responsable de los más variados males, hasta el punto de que una de las formaciones del Gobierno pide formalmente que se le retire su nombre al abigarrado conjunto de calles, universidades o polideportivos que lo lucen.

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