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Bala perdida

Manolo Escobar contra Marlaska

La palabra España no tiene dueño, y ya nos convendría usarla con vocación conciliadora

Ángel Antonio Herrera

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La otra mañana, en plena calle, Grande-Marlaska era recibido por la afición bajo un confeti de injurias. Hasta machote le pudieron decir al ministro, aunque a mí me impresionó más, entre tanta abundancia palabrona, un grito insólito: «Viva España». De modo que ahora la ... palabra España sirve de salfumán de insulto, según el político con el que se crucen los contestatarios, obviamente. Vamos rescatando algunas esencias nacionales, pero para envenenarlas a conciencia.

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