El batallón de los perplejos

Una mesa para echar de comer aparte

De los doce que se sienten en la «mesa de diálogo» el miércoles, ocho son grandes defensores del referéndum separatista. A los «indepes» no les va a hacer falta ni relator

El otro día, Quim Torra, el señor que sostiene que los españoles son «unas bestias carroñeras», le dijo a Pedro Sánchez que le pusiera la mesa para el 26 de febrero, que el día 24, primera intención del doctor, le venía mal y no pensaba ... ir. Obediente, Sánchez así lo hizo, pues ha ido adaptando el formato de la llamada «mesa de diálogo» a todo lo que ha venido exigiendo la parte separatista, de tal forma que lo que empezó siendo una cosa «entre gobiernos» se tornó en cosa «entre partidos»... bueno, solo de algunos partidos, porque a la mesa no se ha invitado a la formación que ganó las últimas elecciones autonómicas en Cataluña, que fue Ciudadanos. Y así, en la parte presuntamente «estatal» estarán representados el PSC, cuarta fuerza política y los podemitas de allí, que quedaron quintos en los últimos comicios.

Luego, repasando la alineación preparada por Sánchez habremos de concluir que los partidarios del «derecho a decidir» son abrumadora mayoría en la mesa. A saber: todos, los seis, de la parte separatista (aún por designar) y al menos dos de los seis del equipo de Sánchez, como son Pablo Iglesias y Manuel Castells. De doce, ocho. Un éxito la alineación de «España». Pero hay más. De los doce que hipotéticamente se van a sentar a la mesa puede que no pasen de tres los que tengan más o menos claro que España es una nación, lo cual no es la mejor manera de afrontar el debate. Empezando por el propio Sánchez, a quien aún le resuenan como una pesadilla de tormento aquellas palabras de Patxi López en el debate entre los candidatos a dirigir el PSOE: «Vamos a ver, Pedro. ¿pero tú sabes lo que es una nación?». Tan decepcionante fue la respuesta que quedó claro que Sánchez no tenía ni idea. En este apartado le puede socorrer Salvador Illa, ministro de Sanidad, que también estará allí el próximo miércoles y que tiene declarado que «en el PSC sabemos desde hace cuarenta años que Cataluña es una nación». Algo es algo.

También será interesante escuchar las aportaciones de Manuel Castells, ministro de Universidades, nacido en Albacete y que lleva décadas fascinado con el separatismo catalán. Firme defensor del referéndum de autodeterminación, también ha dejado por escrito jugosas soflamas que no las mejora ni un Puigdemont eufórico tras una victoria del Girona. Lean: «La estrategia represiva del Gobierno del PP ya está en marcha, arropada por el TC. Imputaciones e inhabilitaciones a cargos públicos catalanes, amenazas a funcionarios y a municipios, interrogatorios de la Guardia Civil sin autorización del juzgado competente, espionaje legal e ilegal a las entidades soberanistas (...) utilización sectaria de la Fiscalía General del Estado». El artículo se titulaba «Cataluña, ¿patria o muerte?». Más recientemente, Castells afirmaba en una charla en Chile: «El movimiento independentista catalán pasó de ser un movimiento masivo, pero absolutamente pacífico, a un movimiento con rabia porque a los dirigentes, por declarar simbólicamente la independencia, no hicieron nada más, les caen 13 años de cárcel en la gran democracia española». ¡Nada más!, dice el ilustre albaceteño, al que le debe parecer poco dar un golpe de Estado.

No, no pinta bien la mesa.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios