Después, 'naide'
El final del verano (llegó)
Si se ha roto el Dúo Dinámico es que se ha roto España
Morante, un torero de Rodin
Un respeto a la Macarena
Y tú partirás. Se lo cantaba a mi Españita el Dúo Dinámico, del que, con la muerte de Manolo de la Calva, queda Ramón Arcusa en una soledad absoluta, casi de novio en septiembre al que ella ni escribe, ni llama. Con el ... Dúo Dinámico, convertido en solista por el maldito paso del tiempo, que todo lo mancilla, lo desgasta y lo derrumba, a este país se le ha quebrado algo muy profundo, una alegría, una ingenuidad, algo. Se le ha roto el verano, al fin y al cabo, como concepto y se ha venido un otoño adelantado, de cenizas, de hojas por el suelo, turrones puestos en los lineales de los supermercados la semana que viene y en dos telediarios, ya estamos en la cola de Doña Manolita. Ellos le pusieron al verano la fecha de caducidad y, desde entonces, el estío siempre se estaba acabando como una versión corta de la vida, una época del año que está hecha de nostalgias incluso preventivas y que está a merced de septiembre que se nos viene encima como un hongo nuclear y todo son compras de yodina, terceras guerras mundiales, techos de gasto, imputaciones a Moncloa y la puñetera rutina. El maíz siempre está alto en ese verano que siempre se termina, no como los inviernos, larguísimos, esos meses interminables en que se te enfrían las manos y no se te calientan hasta Domingo de Resurrección –mejórate, Morante–. Que el final del verano siempre estuviera llegando fue cosa del Dúo, que le puso al corazón desenfadado el punto de fuga de una esquela cumplida hoy 'a jamais'. Voy por la columna, melancólico y otoñal en una ambición de rebequita y de abrigo, de leer ante una chimenea que reconforta, pues hay dos placeres en el año: uno es quitarse el jersey y, otro, ponérselo. Los dos mejores baños del verano son, por este orden, el primero y el último.
Antes, teníamos al Dúo Dinámico y a Concha Velasco, y ahora tenemos al juez Peinado, a Óscar López y a Sarita Santaolalla
Las cosas han cambiado a peor definitivamente. Antes, teníamos al Dúo Dinámico y a Concha Velasco, y ahora tenemos al juez Peinado, a Óscar López y a Sarita Santaolalla. Podemos convenir que se jodió el Perú y seguidamente se jodió España en una fractura que no sabemos cuándo empezó, pero que aquí está, pues si se ha roto el Dúo, es que se ha roto España, y esto es mucho más grave que lo del concierto catalán. España se muere de muerte natural y de las paranoias de cada cual en un revisionismo del que se salvaron las canciones de la pareja por los pelazos. Aún queda tiempo para que vengan los subnormales a decir que cómo tu amor va a tener quince años, que estar loco por Carol frivoliza sobre la salud mental o que 'Somos jóvenes' es un himno a la gerontofobia. Quedan las canciones que solamente pretendían reivindicarse a sí mismas y a una inocencia que no sé si habremos perdido –ay–, para siempre.