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Carmona cuenta ya con su lista propia para plantar cara a Lissavetzky
Las primarias enfrentarán a los dos políticos socialistas, que compiten por ser «alcaldables» a la capital
Carmona cuenta ya con su lista propia para plantar cara a Lissavetzky
Ninguno quiere hablar del otro en público: son amigos y dicen respetarse y apreciarse. Pero el destino parece conducirles irremediablemente a un choque del que sólo uno saldrá victorioso. Jaime Lissavetzky es candidato confeso a las primarias para ser el cabeza de lista del ... PSOE al Ayuntamiento de Madrid. Antonio Miguel Carmona no lo dice, pero sus hechos le delatan y su entorno lo confirma. De hecho, explican a ABC, ya tiene elegido el que sería su equipo de trabajo para materias tan sensibles como Urbanismo, Cultura o Movilidad.
«No voy a hablar más de primarias, ni voy a valorar nada de Carmona», aseguraba ayer Jaime Lissavetzky. En su grupo se han alzado voces contra Carmona y su «alternativa» por considerarlo «una deslealtad». Que aseguran no temer: están convencidos de que el actual portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid tendrá más apoyos de los militantes y le ganará cuando se enfrenten en primarias. Siempre, apuntan, «que no haya injerencias de la Ejecutiva Federal».
Lissavetzky, que fue secretario general de la Federación Socialista Madrileña —antigua denominación del Partido Socialista de Madrid— durante seis años, dice sentirse muy apoyado internamente, incluso ahora que ha dejado la primera línea en la dirección del partido su gran amigo y valedor, Alfredo Pérez Rubalcaba .
Cambios en el PSOE
Pero Carmona no le anda a la zaga: entre su círculo más cercano también le ven ganador, porque cuenta, aseguran, «con apoyos en la federal, y también en la regional»: no en vano, es la mano derecha de Tomás Gómez, el secretario general de los socialistas madrileños, que a su vez fue uno de los avales del nuevo líder nacional socialista, Pedro Sánchez.
La querencia de Antonio Miguel Carmona por la Alcaldía de Madrid , cuentan quienes le tratan, se inició hace casi dos años, y fue por sugerencia del propio Tomás Gómez. Entonces, el diputado regional empezó a trabajar con este objetivo, «primero con mucha discreción, trabajando desde la sombra», para lanzarse este mes de agosto a una campaña imposible ya de camuflar, que le ha llevado a visitar y fotografiarse junto a los árboles caídos en la calle de la Montera, con los residentes de Lavapiés haciendo «limoná», con taxistas, en la piscina de San Fermín escuchando a los vecinos...
Campaña frenética
Durante todo el mes, Carmona no ha parado ni un momento de encontrarse con entidades vecinales, sociales o profesionales relacionadas de alguna manera con la capital; y ha realizado declaraciones sobre innumerables temas de la actualidad local: desde pedir la dimisión de la alcaldesa, Ana Botella, por el caso Madrid Arena a denunciar los recortes en servicios al ciudadano o criticar la política urbanística.
Una hiperactividad que no ha pasado desapercibida para nadie, y que algunos compañeros del grupo municipal socialista le han criticado porque consideran que de algún modo les está «puenteando», después de ser ellos quienes se han pasado los últimos cuatro años pateándose la ciudad.
Un puesto deseado
Todos son conscientes del momento político que se vive y de cómo las encuestas, por primera vez en décadas, apuntan la posibilidad de que el PP pierda la mayoría absoluta en Madrid. De ahí que ser cabeza de lista por la ciudad se haya vuelto un puesto tan deseado. Los fieles a Lissavetzky recuerdan que este lleva cuatro años de «travesía del desierto» en la oposición y no está dispuesto a marcharse sin luchar, ahora que ve la luz al final del túnel.
Carmona no se inmuta por las críticas: tiene una hoja de ruta trazada y sigue con ella. De hecho, apuntan las mismas fuentes que ya cuenta con su propio equipo de trabajo con el que esboza su futuro programa electoral en materias como urbanismo, cultura, medio ambiente o movilidad. Quiere ofrecer a los madrileños, señalan, un programa político muy centrado, capaz de recuperar a esa parte del electorado que está descontenta con el PP pero huye de «experimentos radicales» por la izquierda.
Retrasar el pago de la deuda
Desde ese equipo adelantan algunas de las líneas maestras de su oferta: Carmona quiere renegociar los plazos del pago de la deuda municipal ( 8.000 millones de euros ) para poder alargarlos, y darle algo de «aire» al presupuesto. Algo difícil de conseguir porque necesita de la aquiescencia del ministro de Hacienda.
Por si esto no fuera posible, su plan B pasa por una bajada gradual de impuestos: empezando por la tasa de basura y siguiendo con el IBI . El dinero así recuperado lo destinaría a cultura, donde pretende potenciar no solo los extraordinarios valores de la ciudad, sino también poner en marcha planes de teatro en los distritos con compañías de actores salidas de la Real Escuela Superior de Arte Dramático.
Otras de sus líneas de trabajo serán el recorte de cargos de confianza hasta dejarlos en 150, continuar con la peatonalización del centro, y apostar por la descentralización, devolviendo competencias y presupuestos a las juntas municipales.
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