PECADOS CAPITALES
Lissavetzky y Carmona
El invictus Gómez prepara un pulso con Rubalcaba; mandar a hacer footing a su amigo Lissavetzky para colocar al suyo, Carmona
Mayte Alcaraz
El invictus Gómez prepara un pulso con Rubalcaba; mandar a hacer footing a su amigo Lissavetzky para colocar al suyo, Carmona
ENTRE Tomás Gómez y Jaime Lissavetzky se está librando una batalla que ríanse ustedes de los pellizcos peperos que se propinan Ana Botella y ... Cristina Cifuentes. Los dos socialistas prácticamente no se dirigen la palabra a cuenta del deseo indisimulado del responsable del PSM de mandar a hacer footing por el Retiro al ex secretario de Deportes para colocar como candidato municipal a su amigo, el tertuliano global Antonio Miguel Carmona. Y no es que argumente el invictus (invictus en la derrota, claro) Gómez su defensa granítica del polemista en su convicción de que acabará con la longeva hegemonía de 22 años del PP en la capital de España, cada vez más debilitada gracias a los méritos de sus actuales dirigentes. Es más bien una pulsión perversa de apartar así de la carrera electoral más determinante hasta las generales al mejor amigo que tiene Rubalcaba en política, Lissavetzky, con el que compartió aulas y proyectos universitarios.
–Esto va a servir para que Tomás y Alfredo midan sus fuerzas. Sobre todo desde la faena que le hizo Gómez al secretario general a cuenta de la renovación del Consejo General del Poder Judicial.
–Como vayamos a primarias, la guerra va a ser a muerte. Y Jaime no se lo merece, porque ¿a ver quién es el guapo que se queda como él cuatro años a aguantar banquillo?
Los que hablan son dos exdiputados socialistas; hoy recolocados en los fogones del PSM. Recuerdan cómo tanto Trinidad Jiménez como Miguel Sebastián abandonaron sus escaños tras fracasar los experimentos que Zapatero hizo en Madrid, donde sustituyó la gaseosa por el carné de amigos para siempre. No así Lissavetzky, que, como él gusta decir, sigue el ejemplo de Isco en la selección sub-21; es decir, para que el partido cristalice, antes tiene el aspirante a titular que haber jugado muchos encuentros. Los dos socialistas no obstante están aterrados, confiesan a la periodista, ante la guerra que se avecina. De hecho, son testigos de lo serio que se ha tomado el actual portavoz municipal su papel de prima donna en el Ayuntamiento. Está recorriendo una por una las agrupaciones socialistas para «hacer campaña» y granjearse la confianza de aquellos que contarán con derecho a voto en las primarias.
Porque lo que ya nadie duda es que el cuadrilátero está ya preparado para los dos (o tres) púgiles. Y es que Carmona y Lissavetzky no serán los únicos postulantes a mandar a negro al PP. El sociólogo Enrique del Olmo ya ha dado un paso al frente y pretende ser la tercera vía frente a la pugna PSM-Ferraz.
Pero la última batalla la librarán solo dos. Ahora solo queda esperar. Sobre todo si el PP no acierta a entender que en Madrid puede no empezar nada. Pero sí puede acabar todo.
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