Carrillo denuncia que recibe «amenazas de muerte» por el cierre de la capilla de la Facultad de Geografía

Carrillo ha señalado que se trata de un tema «muy sencillo» porque «la facultad necesita espacio para el fin de la facultad, que es la docencia y necesita, por tanto, usar un espacio que está inutilizado por una capilla a la que van una persona o dos al día».

Según ha explicado le han ofrecido a las autoridades eclesiásticas cambiar el lugar pero la respuesta que han obtenido es que «no valen para esos fines». «Le habíamos ofrecido hace un año y pico otra aula más grande que no han venido siquiera a ver», ha lamentado.

A su juicio, «no es la primera vez que cambia una capilla de sitio». «La propia Iglesia, imagino, cuando en un colegio suyo deciden hacer obras tendrán que cambiar la capilla de sitio sin que suponga un escándalo», ha ironizado. Eso sí, ha denunciado que «se está llegando a una situación extrema donde ya se están llegando a recibir amenazas de muerte».

En todo caso, Carrillo ha dejado claro que no existe «ningún tipo y en ningún caso» una persecución a los creyentes. «Hay una realidad que es que hay una capilla inmensa donde no va nadie y hemos ofrecido un sitio más pequeño », ha defendido y lo tacha de «problemática compleja» porque hay otros estudiantes musulmanes que han pedido sitio para rezar también.

«Un tema de espacio se está convirtiendo en un tema de persecución religiosa, parece que estamos otra vez con las cruzadas, no estamos en absoluto en esa situación», ha aclarado. Así, ha explicado que ya son dos años los que se lleva planteando «esta necesidad» y que se acordó con el vicario que al final del presente curso se empezarían las obras, «estaba acordado», ha subrayado. «Parece que ahora plantean que se quede como está, no es razonable», sostiene.

Preguntado por la querella que este mismo viernes la Asociación Española de Abogados Cristianos ha registrado contra el propio Carrillo y el decano de la facultad de Geografía e Historia, Luis Enrique Otero, por un presunto delito de coacciones y contra la libertad religiosa, ha asegurado que no conoce «el contenido» de la demanda.

En todo caso, cree que es «improcedente» porque no existe «ningún acoso a ninguna religión». «Quien piense lo contrario que recurra a las leyes», ha declarado. La Universidad, según ha explicado, es respetuosa con todas las creencias religiosas, políticas, ideológicas y filosóficas siempre y cuando «se respete la democracia y la Constitución». «No entramos en absoluto en decirle a nadie lo que tiene que pensar, faltaría más», ha lamentado.