«Edu ha muerto protegiendo del frío y la nieve a Carlos»
Un joven de 27 años perece de frío en Peñalara tras perderse con un amigo; su padre habló ayer con ABC
No era la primera vez que los toledanos Eduardo del Blanco Adán y su amigo Carlos Lorenzo subían a Peñalara. Pero el temporal de frío y nieve les hizo desorientarse. Quedaron atrapados en el gélido manto blanco, que en la madrugada del domingo se cobró la vida del más mayor, Eduardo, de 27 años, en un acto de pura valentía.
Carlos del Blanco, padre del fallecido, explicaba ayer a este diario cómo se produjo la muerte de su hijo, tal y como le explicó el servicio de rescate. «Se quedaron aislados y los chicos hicieron una zanja en la montaña para refugiarse del temporal. Allí, Eduardo se puso encima de su amigo. Intentó protegerle con su ropa del frío y la nieve. Pensaba que iba mejor equipado que él, y al final murió», narraba abatido en su casa de Toledo.
Eduardo no aguantó las bajas temperaturas. Estos dos amantes de las cimas se perdieron en la montaña de Dos Hermanas de Peñalara (por encima de los 2.200 metros sobre el nivel del mar), perteneciente al Parque Natural de Guadarrama.
«La montaña era su pasión»
No era la primera vez que ascendían hasta este punto, según informa el padre. Había pisado incluso el Montblanc (más de 4.000 metros) el año pasado. «La montaña era su pasión, pero yo le decía que era muy traicionera».
Emergencias Comunidad de Madrid 112 recibió la alerta de que se habían extraviado en la cumbre a las 18.30 horas del sábado. Ellos mismos avisaron a través de un teléfono móvil. Les quedaba poca batería. Desde ese momento se desplegó un dispositivo de búsqueda por parte los Bomberos de Madrid con el Grupo de Rescate de Altura (GERA), voluntarios de la Cruz Roja y efectivos de la Guardia Civil. A las 5.50 del domingo se dio con su localización.
Demasiado tarde para Eduardo. Se rescató a Carlos inmediatamente. Solo presentaba una hipotermia leve. Estaba consciente y pudo descender a pie, acompañado por los profesionales, hasta el puerto de Cotos, donde habían dejado el coche.
Hipotermia severa
El cuerpo de Eduardo se recuperó en torno a las 7 de la mañana. Ya había fallecido. Estaba inconsciente, con una hipotermia severa. No respondía a estímulos. Fue trasladado por un helicóptero de bomberos del GERA hasta la base de la montaña. Allí los facultativos del Summa certificaron su muerte. Postergaron la recuperación del cuerpo debido a las condiciones climatológicas adversas, con temperaturas inferiores a los 4 grados bajo cero y una sensación térmica por debajo de los 25. Había fuertes rachas de viento y fuertes nevadas, tal y como previó la Agencia Estatal de Meteorología. La ventisca fue el fenómeno que dejó casi sepultados a los montañeros. Iban bien equipados, sabían lo que hacían, pero no atendieron a las previsiones meteorológicas, que contemplaban incluso aludes en la sierra. El montañero superviviente fue trasladado al hospital de La Paz, donde al cierre de esta edición aún permanecía ingresado.
Su última experiencia
En la página de Facebook de Eduardo queda patente su gran afición por la montaña. Incluso escribía sus destrezas, como cuenta su padre, en el blog de « Toledo en la cumbre », al que le acompaña la cita de Walt Whitman «No abandones las ganas de hacer de tu vida algo extraordinario».
En este espacio narraba el pasado 6 de enero, después de ascender al macizo Peñalara, su experiencia: «El viento azota ya con fuerza pero nada comparado a lo que me espera en la parte superior de este macizo, la montaña me recibe con toda su furia, como si no me quisiera ahí... pero yo la respondo con una sonrisa... como me gusta verte enfadada. Pronto encontramos el camino de bajada gracias a mi querido amigo Garmin [navegador] y poco a poco el tiempo se va apaciguando, el viento ya no golpea mis mejillas, volvemos al mundo real y ya te hecho de menos. Nos vemos pronto».
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