«Me sacó del coche a punta de navaja y se llevó a mi bebé»
La madre a la que robaron su turismo con su hijo dentro en Leganés, teniente del Ejército, relata el pánico vivido
cruz morcillo
Gema Domínguez no ha vuelto a conducir desde el pasado 17 de diciembre, pese a que le encanta hacerlo. Aún no se ha recuperado de los veinte minutos de pánico que vivió ese día cuando un individuo se introdujo en su coche antes de que ... a ella le diera tiempo a arrancar; la sacó del vehículo navaja en mano, a empujones, y huyó con su turismo y con su pequeño de 16 meses, sentado en su sillita en el asiento trasero, ajeno a lo que ocurría.
Las imágenes grabadas por una cámara de vigilancia del aparcamiento del centro comercial Parque Sur de Leganés atestigüan la secuencia y provocan escalofríos. Gema Domínguez, 35 años, teniente del Ejército del Aire destinada en Cuatro Vientos, gritó y pidió auxilio, forcejeó con el ladrón, pero no pudo impedir que este consiguiera su objetivo. Varias personas, que estaban en el lugar, corrieron a ayudar a la desesperada madre. No lograron detener al asaltante.
«Fueron los veinte minutos más horribles de mi vida», rememora Gema en una entrevista concedida a ABC. «Había ido a hacer unas compras de Navidad con mi pequeño porque íbamos a intercambiarnos los regalos del amigo invisible en el trabajo. Eran las seis de la tarde, estaba todo el centro comercial lleno de gente y también había numerosas personas en el aparcamiento. Yo siempre echo el seguro nada más montarme en el coche, pero no podía imaginar algo así en un lugar tan abarrotado».
Gema, y así lo recoge parte de la grabación , colocó al pequeño Héctor en su sillita, se ajustó el cinturón y, justo cuando iba a arrancar un hombre bien vestido abrió la puerta del copiloto y se metió en su vehículo. «Yo iba a decirle que se había equivocado de coche, es lo único que pensé, pero no me dio tiempo. Sacó una navaja y me ordenó: coge al niño y vete ahora mismo». Domínguez, a punto de ascender a capitán del Ejército del Aire, tiembla al recordar ese momento.
«No tuve tiempo de pensar con calma, pero me salió forcejear con él. Lo mejor era echarlo, no podía salir yo, dar toda la vuelta al coche y arriesgarme a que arrancara con Héctor porque vi claramente que quería el coche a toda costa y no iba a perder ni un minuto».
Despedida y por los suelos
El ladrón tampoco se lo pensó. Navaja en mano, sacó del turismo a Gema, que se rompió la garganta pidiendo socorro y gritando «mi niño, mi niño». Al menos cuatro hombres acudieron al instante a ayudarla; uno golpeó a puntapiés la puerta del coche para intentar pararlo; otro se introdujo en la parte trasera y salió despedido, mientras la propia madre se aferraba desesperada a la puerta de su C3 jugándose la vida con la maniobra evasiva marcha atrás del delincuente.
«Me sentí como en una escena de terror que iba de mal en peor. Impotente y desesperada viendo cómo arrancaba y se alejaba con mi pequeño; me levanté del suelo como pude y alcancé a ver cómo se estrellaba contra tres bolardos que había un poco más adelante y se paraba el coche. Intenté correr, pero tampoco hubo tiempo porque volvió a emprender la marcha».
«Héctor se había tapado la cabeza con su mantita azul y estaba llorando desconsolado»Domínguez recuerda a duras penas los eternos minutos posteriores. Sabe que llamó a Alberto, su marido, también militar pero del Ejército de Tierra, que se presentó de inmediato y sabe que poco después ya estaba allí la Policía Nacional. «No sé ni quién les avisó ni cuánto tardaron (muy poco) porque yo estaba ida». Solo se recobró cuando le dijeron que el niño estaba a salvo. El delincuente había abandonado el coche con la criatura dentro un par de kilómetros más adelante, en un barrio, y allí lo localizaron los agentes.
«Al llegar, pese a la felicidad porque no le hubiera pasado nada a mi niño, casi me da algo. Héctor se había tapado la cabeza con su mantita azul y estaba llorando desconsolado. Imagínate... primero mis gritos, un tipo que no conoce conduciendo, la carrera alocada del coche y luego cuando lo abandonaron y se vio rodeado de policías. Pobrecito...».
Gema Domínguez da la cara, tras pedir permiso a sus superiores, por una razón básica: para agradecer a esas personas su ayuda en el aparcamiento. «Se la jugaron, no miraron si corrían riesgo; acudieron en mi auxilio y en el de mi hijo y les estoy muy agradecida. Solo volví a ver a uno de ellos en comisaría, pero quería que supieran cuánto significa para mi marido y para mí».
Detenido con su novia
Al día siguiente, gracias a las huellas tomadas en el coche de Domínguez, la Policía detuvo en su casa al ladrón, que ya estaba fichado. Se trata de J.A.L., de 34 años, que cuenta con antecedentes por delitos contra el patrimonio. Junto a él los agentes de Leganés arrestaron a su novia T. R. L., de 29 años, quien la tarde de los hechos lo estaba esperando en el aparcamiento, muy cerca del lugar del robo, y también subió al vehículo hasta que decidieron abandonarlo al enfrentarse a un secuestro. La pareja está acusada de un robo con violencia e intimidación y de detención ilegal.
«Me sacó del coche a punta de navaja y se llevó a mi bebé»
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