La otra cara de la Lotería: los dramas y tragedias que trae consigo el Gordo
La falta de conocimientos financieros y los malos hábitos suponen la ruina para algunos de los ganadores del premio
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S. S.
Aunque todos hemos soñado en alguna ocasión con ganar el premio Gordo de la Lotería de Navidad, la realidad es que las expectativas y experiencias de aquellos que consiguen el ansiado número ganador distan de lo que uno se imagina.
Más allá de solucionar ... la vida del portador del boleto agraciado, el 70% de los ganadores acaban arruinados en los cinco años posteriores según un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Historias como la de Callie Rogers, Mickey Carrol o Gerald Muswagon ejemplifican como la alegría inicial puede tornarse en tragedia cuando factores determinantes como la falta de educación financiera o la responsabilidad económica acaban con la vida de los ganadores.
Callie Rogers
El caso de la británica Callie Rogers representa como la falta de madurez y conocimientos financieros suponen una fórmula destinada al fracaso. A sus 16 años, la joven obtuvo un premio valorado en 2,3 millones de dólares.
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La inyección de dinero no se tradujo en una mejora para su vida, ya que en apenas diez años sus reservas menguaron hasta los 2.500 dólares tras disparar su gasto en fiestas, ropa de lujo, cirugía plástica y cocaína.
A sus 33 años, Rogers se encontraba arruinada y dependiente de ayudas estatales según informó el diario británico Daily Mail.
William Post
La suerte tampoco acompañó al estadounidense William Post, que falleció arruinado en 2006 tras haber conseguido 16,2 millones de dólares en la lotería de Pennsylvania. En apenas un año perdió su fortuna y los números rojos se dispararon hasta el millón negativo.
Los gastos en casas, barcos, coches e incluso una avioneta para la que no tenía licencia de pilotaje pasaron factura. Tampoco obtuvo el apoyo de su familia, ya que su exmujer llevó a cabo procedimientos legales para obtener su parte correspondiente del premio y su hermano llegó a contratar a un sicario para matarle según el diario Forbes.
Gerald Muswagon
El caso de Post no es el más trágico, ya que el devenir del canadiense Gerald Muswagon no se queda atrás. Los 10 millones que obtuvo en lotería apenas le duraron unos años debido a su inversión en una casa que utilizaba para celebrar fiestas cada noche con un público que no dejaba de aumentar, al igual que sus problemas con la justicia.
Siete años después de obtener su premio, Muswagon dejó de trabajar en una granja para ahorcarse en el garaje de sus padres, arruinado y con seis hijos que alimentar.
Marva Wilson
La tragedia que acompaña a los ganadores de la lotería no se limita a la mala gestión del dinero, como demuestra el caso de Marva Wilson. La estadounidense obtuvo 2 millones en la lotería de Missouri cuando ya era bisabuela, pero no fue su familia ni vicios lo que acabaron con su fortuna.
Wilson fue víctima de una estafa para supuestamente ayudarle a gestionar su dinero, que acabó drenando todo su capital. A cambio, la estafadora fue condenada a cinco años de prisión.
Ibi Roncaioli
Otro caso dramático es el de la canadiense Ibi Roncaioli, que falleció 14 años después de ganar 4 millones en la lotería. No fue hasta cinco años después cuando la Policía descubrió que Roncaioli había fallecido envenenada por su marido.
Más allá del dinero, las investigaciones revelaron que la canadiense llevaba una doble vida a espaldas del marido, que incluía apuestas constantes y el consumo abusivo de sustancias alcohólicas.
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