Lotería de Navidad 2013: La otra vida de los décimos no premiados

Desde el 3.604 , agraciado con el primer premio del sorteo celebrado el 18 de diciembre de 1812 , cuando aún no se denominaba Sorteo de Navidad, hasta el 76058 del año pasado, todos los números afortunados cuelgan en las paredes de esta cochera, donde a buen seguro irá a parar un boleto ganador de 2013. «En 200 años ha salido dos veces el mismo número, el 15640, en 1956 y en 1978», comenta este coleccionista que empezó a reunir los décimos en 1980, enviando una carta certificada a las administraciones para que le hicieran llegar los números que le faltaban.

A espera de recibir en los próximos días el 25.534 enviado desde Albacete, ha completado ya la colección numérica del 00000 al 99999, así como todos los décimos de los sábados desde 1925 hasta hoy y posee además muchos décimos antiguos sin ordenar. «Solo para canjear tengo cuatro muebles con 28 cajones en los que caben unos 2.000 décimos, serán más de 150.000 repetidos y el resto de la colección ocupa seis muebles de 24 cajones cada uno, en los que entran de 5.000 a 6.000 décimos», recuenta.

«Mi mujer me dice que cuando no esté lo quemará todo», bromea este coleccionista de 88 años al que su afición por la lotería se ha visto recompensada con dos premios de 5 y 25 millones de pesetas.

A Juan Antonio Jiménez Carrión dos «pelotazos» -un cuponazo y un euromillones- le cambiaron la vida. Dejó las empresas que tenía y tras pasar seis años sin trabajar, comenzó a comprar hasta nueve administraciones de lotería. «Mi vida está enfocada a la Lotería» dice este coleccionista sevillano que llegó a gastarse un año cuatro millones para comprar el número entero con la fecha de su nacimiento, las 180 series. «Me habrían tocado 720 millones de euros», dice.

Su suerte, asegura, viene de una afición por coleccionar lotería que comenzó de niño. Guardaba los décimos que su padre dejaba en el cajón del dinero del restaurante que tenía. A los 16 años se puso a ordenarlos y poco a poco empezó a completar años «sin querer». Durante los años en los que formó parte de la directiva del Sevilla F.C. fue comprando décimos en distintos lugares de España aprovechando los desplazamientos del equipo. «Acudía a los mercadillos de antigüedades y los que me faltaban los buscaba por internet, así fui conociendo a otros coleccionistas», relata Jiménez Carrión.

Hoy tiene la colección más importante conocida de España . Solo le faltan dos sorteos, uno de 1937 y otro de 1902, para completar su colección de todos los celebrados desde 1900 y de fechas anteriores hasta 1812 apenas le quedan por conseguir unos 500. «De los 9.000 sorteos realizados, tendré 8.500», dice con orgullo.

«Hoy mismo he recibido un décimo de 1854 del sorteo del 23 de diciembre, el que correspondería con el de Navidad, pero que no existía antes con ese concepto», cuenta este empresario que colecciona Lotería de Navidad desde el primer sorteo con este nombre en 1892. «Solo me faltan cuatro sorteos de toda la Lotería de Navidad, incluyendo los sorteos que se celebraron en fechas anteriores a esa denominación», añade.

Cartelería, bandos, listas de sorteos, avisos a la administraciones... Jiménez colecciona todo lo que cae en sus manos sobre lotería y ha reunido así mucha documentación, como una copia original firmada por el ministro de la época de la Lotería Primitiva de 1793, anterior a la Lotería Nacional también llamada Lotería Moderna. «Guardo la colección en álbumes en un mueble, pero los de mucho valor los conservo en una caja fuerte en un banco porque son documentos únicos», explica.

No quiere ni saber cuánto se ha gastado en esta afición. «Del 90% tengo factura y todas juntas tienen el volumen de un paquete de 500 folios», asegura. Ni tampoco valora cuánto vale su colección: «Ni idea, nunca la venderé».

Por un décimo, el de «Navidad de 1812, llegó a pagar 3.600 euros tras negociar una familia que lo había heredado y que lo vendía en un puesto en la Plaza Mayor. «Pedían 6.000 euros y los hubiese pagado», confiesa ahora porque es un décimo muy raro. «No conozco a nadie que lo tenga», añade, porque solo hubo doce sorteos aquel año en el que se jugaban 15.000 números y únicamente se vendían en Cádiz.

Los décimos del primer sorteo de la Lotería Nacional, que se celebró el 4 de marzo de 1812, quince días antes de que se proclamara La Pepa , son los más caros del mercado. Los que se conservan no superarán las 30 o 40 unidades y su precio supera los 2.000 euros , según señala Daniel Alonso, presidente de la Asociación Española de Coleccionistas de Lotería (AECLOT) .

Los décimos de 1813 ya bajan a los 500 euros; los de 1967, año en que cambió el formato al actual más pequeño, cuestan entre 60 y 70 euros el año completo, mientras que por los cuatro sorteos de 1960 se pagan entre 130 y 150 euros. «En este año aparece por primera vez una mujer en la ilustración», explica Alonso.

Por un décimo de un sorteo reciente, en cambio, se paga de 5 a 10 céntimos y una colección de un año cuesta uno o dos euros. «Es un coleccionismo barato» , asegura Andrés Cabello, propietario de uno de los tres puestos de compra y venta de lotería de colección que cada domingo se instala en la Plaza Mayor de Madrid.

«Es para quien le guste la cultura» , considera este coleccionista al que le «engancharon» los textos que acompañan las ilustraciones de los décimos.

Como Alonso y Jiménez Carrión, Cabello colecciona «todo tipo de lotería, entre ella la de Navidad» desde hace 10 años. En la mitad del tiempo medio que cuesta reunir una colección numérica, ha logrado completar una y casi una segunda, así como dos por sorteos desde 1967. Estima tener unos 10 millones de décimos , entre ellos un décimo de Navidad del siglo XIX y otro de 1912.

Pese a esta nutrida colección, al representante de Aeclot en Madrid le gustaría adquirir algún décimo de 1812. «Tuve uno en mis manos, pero no me lo vendían. Era el de Navidad. Le hice una foto», cuenta.

Quizá fue el mismo boleto que finalmente adquirió Jiménez Carrión porque el mundo del coleccionismo de lotería es hoy muy reducido. «En los años ochenta había 6.000 coleccionistas registrados, ahora no llegamos a los 200 socios con una edad media de 50 años», se lamenta Alonso. «Nos conocemos todos», añade.

El presidente de Aeclot tiene un décimo de cada Sorteo de Navidad desde 1987, así como un bolto de cada año desde el año 1900 y desde 1936, un décimo de El Niño, de Navidad, un sorteo ordinario y uno extraordinario. «Me faltan un par de sorteos de 1938», de un sorteo celebrado en Valencia, señala Alonso, que tendrá entorno a los 30.000 décimos.

La suya ha sido una colección reunida con paciencia a lo largo de 40 años. Solo recuerda haber hecho un «exceso» el año pasado, cuando gastó en un solo día 2.500 euros en décimos de entre 1820 y 1840 a los herederos de un coleccionista madrileño. «Fue un hecho puntual», asegura.

Este coleccionista de 53 años ha transmitido la afición a su hijo mayor, que también se ha unido a Aeclot. La asociación, con sede en Calatayud, es un punto de encuentro para intercambiar décimos, pero sobre todo para fomentar este coleccionismo. Una de sus aspiraciones es consolidar una Feria de Lotería . El año pasado ya celebró la primera edición en Calatayud y pretende organizar una al año en distintas ciudades españolas. «Estamos preparando la siguiente para el año que viene en Madrid», avanza Alonso.