La administración del presidente Joe Biden está trabajando para desclasificar parte del trabajo de inteligencia sobre el ataque y compartirla, informó la empresa de noticias.
El ataque ocurrió esta madrugada y destruyó la enorme represa en el río Dnipro que separa a las fuerzas rusas y ucranianas en el sur de Ucrania, inundando una franja de la zona de guerra y obligando a los aldeanos a huir.
Ucrania acusó a Rusia de volar la presa Nova Kakhovka, mientras que el Kremlin dijo que fue Ucrania quien saboteó la presa.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha advertido de que unas 80 localidades están ya «bajo el agua» por el que ha descrito como «el mayor desastre medioambiental provocado por Europa en décadas».
Unas 100.000 personas vivían en la zona en riesgo antes de la invasión rusa y Zelenski teme que «decenas de miles» estén ahora en peligro. Su Gobierno ha iniciado labores de evacuación ante las «consecuencias iniciales» de este incidente.
Las reservas de agua suponían también una fuente vital para el suministro de agua potable, así como para la producción agrícola y ganaderas, a lo que se sumarían también las consecuencias de índole medioambiental. Kiev ya ha confirmado el vertido de 150 toneladas de aceite de motor.
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