La UE pagará a los agricultores de los países vecinos de Ucrania

La medida la ha decidido la Comisión en el marco de sus competencias, pero debe ser aprobada por una mayoría de países, lo que necesitará según los cauces habituales de este tipo de decisiones de urgencia, al menos una semana. Esta será la segunda vez que la UE destina parte del fondo de contingencias agrícolas a paliar los efectos de la llegada masiva de grano ucraniano a países que como Polonia basan su economía principalmente en la agricultura.

Este país produce 22 millones de toneladas de maíz al año y una variación en el precio tiene un efecto directo en su economía. Hace dos semanas ya se adjudicaron más de 56 millones para ayudar a los agricultores y ahora se ha prácticamente duplicado la cantidad de las ayudas.

Sin embargo, en esta nueva propuesta se especifica claramente que para que las exportaciones de cereales ucranianos puedan entrar en la UE se debe garantizar que no están destinados a ninguno de los países limítrofes, sino al resto de Europa o al resto del mundo. Los cargamentos serán sellados de forma remota para garantizar que no desembarcan antes de salir de los países afectados.

En todo caso, la Comisión había dicho desde un principio que no tenía ningún interés en sancionar a los países fronterizos teniendo en cuenta el papel esencial que juegan en el apoyo a Ucrania. «Seguimos decididos a ayudar a Ucrania a sobrevivir y eso incluye apoyarles para que puedan exportar su producción» dijo ayer un portavoz de la Comisión.

La UE había establecido una «línea de vida» para ayudar a Ucrania a exportar su producción agrícola desde que las rutas tradicionales a través del mar Negro fueron bloqueadas por la invasión rusa. Una parte de esas exportaciones sigue pudiendo salir al mundo a través de esta ruta marítima o por la vía fluvial del río Danubio. El resto intenta acceder al mar del Norte a través sobre todo de Polonia, Eslovaquia o Hungría. Esta situación ha servido para descubrir que las infraestructuras de transporte terrestre en estos países están todavía muy atrasadas respecto a lo que es habitual en los países de la Europa Occidental. Polonia tiene apenas 2.000 kilómetros de autopista mientras que España cuenta con más de 16.000. En cuanto al Danubio, no se ha instalado la tecnología para que las barcazas puedan operar por la noche.

Por ello, debido a la acumulación de problemas logísticos, el grano se había estado acumulando en estos países y empujaba los precios a la baja, lo que provocó protestas de los agricultores locales, quienes también expresaron su preocupación por la calidad de los cereales, en los que se han detectado restos de productos prohibidas. El acuerdo que alcanzó Polonia el martes permitirá que el grano ucraniano vuelva a transitar por Polonia, como dijo el ministro de Agricultura, Robert Telus, a través de «mecanismos» para asegurarse de que el grano no se quedará en el país.

El problema que aparecerá entonces para el grano ucraniano es que el transporte en estas condiciones precarias supone un sobrecoste muy difícil de asumir para sus clientes tradicionales en África o Asia. Para explicar esta situación, la Comisión ha puesto como ejemplo a España que a causa de este coste añadido ha dejado de comprar maíz ucraniano y lo ha sustituido por importaciones procedentes de América del Sur que son más competitivas.