Trump diseña una campaña entre el mitin y los juzgados para ganar la Casa Blanca

El testimonio de Trump en Nueva York fue una 'performance' menos interesada en convencer al juez de la que demanda en su contra no tiene fundamento -lo tiene muy cuesta arriba- y más centrada en presentarse ante la opinión pública como un mártir político y judicial.

El expresidente retrató el juicio como un procedimiento injusto -«estoy seguro de que el juez dictaminará contra mí, porque siempre dictamina contra mí», clamó al comienzo de su testimonio-, lo descalificó como un episodio más de la persecución política y judicial que sufre -aseguró que es víctima de «interferencia política» y de una «caza de brujas política»- y aprovechó para dejar píldoras propias de un mitin, como lamentar la criminalidad en Nueva York, un asunto que le engancha con el votante centrista de ambos partidos.

La judicialización de su campaña ha sido hasta ahora el motor de su candidatura. Trump salió tocado de las elecciones legislativas de hace un año, donde los candidatos republicanos obtuvieron un resultado peor de lo esperado ante un partido demócrata lastrado por la impopularidad del presidente del país, Joe Biden, y por la inflación rampante. Pero la cascada de imputaciones -cuatro casos penales en poco más de cuatro meses- fue respondida con un respaldo formidable del electorado republicano. La candidatura del que se antojaba como su principal rival en las primarias, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, nunca despegó ante la presencia constante de Trump en los medios por sus procesamientos criminales.

Es evidente que esa estrategia de mezclar el banquillo de acusados y la tribuna de un mitin la ampliará y profundizará el año que viene, y este lunes mostró píldoras de lo que pretende hacer en juicio: mantener un tono desafiante, enzarzarse en discusiones con el juez, hablar a la prensa a la entrada y salida del juzgado, reavivar las brasas de lo ocurrido en redes sociales y en entrevistas con medios afines…

Es difícil pensar que en un juicio penal, delante de un jurado, los jueces den la misma manga ancha que Engoron concedió a Trump durante su testimonio en Nueva York, en el que le llamó al orden en repetidas ocasiones pero al final pareció rendirse ante la verborrea del expresidente. También es difícil pensar que Trump acceda a subirse al estrado de los testigos durante un juicio penal, con la posibilidad de autoincriminarse. Pero lo que es seguro es que exprimirá al máximo el jugo de atención y de victimismo en esas situaciones.

Su protagonismo judicial le ha colocado en una situación en las primarias republicanas donde ya parece imposible de vencer y, junto a la impopularidad que arrastra Biden, podría también devolverle a la Casa Blanca.

Está por ver si una culpabilidad en un juicio penal de gravedad -por ejemplo, los dos que afronta sobre su campaña en 2020 para dar la vuelta a los resultados electorales- o la discusión de evidencias flagrantes en juicio -como en el caso de la retención de documentos clasificados- refuta el hecho de que toda atención judicial actúa en favor de Trump.

De momento, hay pruebas de lo contrario. Este verano, una plataforma política conservadora que apoya a candidatos republicanos contra Trump tuvo que dejar en el cajón varios anuncios televisivos que había producido centrados en los problemas judiciales del expresidente.

Según ha revelado 'Politico', la plataforma de recaudación de fondos Win It Back creó cuatro anuncios en los que defendía que las imputaciones de Trump habían «debilitado» su candidatura, que si es el nominado sería un regalo para los demócratas ante tanto lío judicial y que, si llega a ser condenado, Biden ganará la elección sin problema.

Win It Back sometió los anuncios a paneles de votantes republicanos y su reacción fue la opuesta: apoyar más a Trump que antes. La realidad es que los republicanos, a solo tres meses de ir a las urnas en primarias, ven al expresidente más como una víctima del sistema judicial y político que como un criminal. Esos anuncios nunca vieron la luz.