Un tribunal colombiano ordena erradicar la fauna de hipopótamos del narco Pablo Escobar

Desplazados en la década de los años 80 a Colombia, los hipopótamos se han reproducido hasta alcanzar los 200. Según las previsiones del Ministerio de Ambiente ofrecidas en el año 2023, si no se tomaban medidas para terminar con la fauna, en 2035 podrían ser 1.000 los animales en la 'Hacienda Nápoles'.

La Justicia colombiana, tras realizar un estudio de los informes, ha confirmado que la única solución para terminar con la plaga es la intervención del gobierno.

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Los activistas han sido las personas que han trasladado la denuncia ante los tribunales para terminar con los hipopótamos comprados por Pablo Escobar. «La presencia de estos animales, introducidos de manera ilegal en la década de los 80, ha generado una amenaza significativa a la biodiversidad local, afectando a especies nativas», ha explicado la organización en un documento.

No solo el negocio de la droga era el sueño de Pablo Escobar. Su relación con el cuidado de los animales potenció el sueño de crear una gran fauna de hipopótamos en Colombia. Antes de ser asesinado en la década de los 90, Pablo Emilio Escobar compró varios ejemplares en los zoológicos de Estados Unidos.

Debido a sus pequeñas dimensiones, cuatro crías fueron trasladadas a la 'Hacienda Nápoles' en la ribera del Gran Río de la Magdalena. Con un macho, que ha sido la raíz de la reproducción, y tres hembras, el sueño de Escobar había comenzado. La muerte del capo de la droga y el aumento de la fauna han desequilibrado el balance medioambiental de la zona.

El veterinario Carlos Valderrama ha estudiado el impacto de los hipopótamos en la fauna colombiana. Además de los ataques a los pescadores locales, el impacto medioambiental es «lo que más nos debería importar», ya que los volúmenes de heces y el consumo de oxígeno muestran una bajada de la sedimentación.

«En África es importante ese desecho orgánico porque fertiliza y su presencia en las dunas sirve para mantener los canales de agua vivos pues se entierran en el lodo y ayudan a que el sistema se mantenga despejado. Son motores ecológicos, pero en Colombia generan el efecto contrario», explica Carlos Valderrama.

Con la resolución de la Fiscalía, los hipopótamos serán trasladados y para finalizar con el impacto en el ecosistema de los animales, el gobierno será el encargado de financiar las castraciones.