Suecia se blinda ante posibles atentados por las recientes quemas del Corán

El país nórdico ha permitido las quemas del Corán por parte de ciudadanos y en protestas autorizadas en virtud del derecho a la libertad de expresión que recoge su Constitución

Varios ultranacionalistas queman un ejemplar del Corán frente a la Embajada de Irak en Copenhague

Un oficial de policía en un Segway patrulla en el parlamento sueco Riksdagen mientras el nivel de amenaza terrorista en Suecia se elevó a cuatro en una escala de cinco puntos. AFP

Rosalía Sánchez

Corresponsal en Centroeuropa

Las recientes quemas del Corán han puesto a Suecia en la diana de organizaciones terroristas islamistas y el Servicio Sueco de Seguridad (Säpo) ha elevado el nivel de alerta en el país de 3 a 4, en una escala de cinco. «He decidido aumentar ... el nivel de alerta por amenaza terrorista desde un nivel alto, que ya teníamos, a un nivel crítico», ha explicado la jefa de los servicios de inteligencia suecos Charlotte von Essen, en cuya opinión se trata de un nivel de amenaza que «persistirá durante mucho tiempo». «El perfil de amenazas contra Suecia ha cambiado gradualmente y la amenaza de ataques por parte de islamistas proviolentos ha aumentado en el transcurso del año», ha dicho.

El primer ministro, Ulf Kristersson, ha intentado de disipar las preocupaciones de sus compatriotas, sin ocultar la gravedad de la situación. «Me gustaría decirles a todos ustedes que debemos vivir nuestras vidas como siempre», dijo el jefe de gobierno conservador. «Protegemos nuestra sociedad abierta contra quienes la amenazan. Defendemos nuestros valores democráticos, pero nos protegemos a nosotros mismos», ha dicho en una rueda de prensa en Estocolmo, «entiendo que muchos suecos estén preocupados, pero sabemos que se han evitado actos de terrorismo planeados».

El nivel 4 significa que las autoridades creen que existe una amenaza específica para el país y que existe una alta probabilidad de que los actores tengan la intención y la capacidad de llevar a cabo ataques. A diferencia de la Etapa 3, ya no se asume que existe una «amenaza mayor» sino una «amenaza alta». Se trata de la respuesta sueca al hecho de que Al-Qaeda haya pedido asesinatos selectivos de diplomáticos suecos y daneses en embajadas de todo el mundo, después de que varios ejemplares del Corán fueran quemados en los dos países escandinavos en los últimos meses, lo que provocó airadas protestas en los países musulmanes.

El asesor de Seguridad Nacional de Suecia, Henrik Landerholm, reconoce que hay indicios de «una mayor amenaza» para el país y los intereses suecos en el exterior y agrega que la situación de seguridad se ha deteriorado. Representantes de grupos terroristas han «llamado a atacar a Suecia», ha informado Landerholm en un comunicado, en el que apunta también que Suecia ha pasado de ser considerada un objetivo «legítimo» a ser considerada un «objetivo prioritario» y «los estados y otros actores han ayudado a amplificar tales mensajes».

Entrada en la OTAN

La embajada sueca en Bagdad ya fue asaltada por manifestantes el mes pasado y el embajador sueco fue expulsado de Irak poco después. Indonesia denunció las quemas de libros sagrados como un «acto racista de odio grave» y Marruecos retiró a su embajador de Estocolmo por los incidentes. En Afganistán, los talibanes han prohibido las actividades suecas, incluido el trabajo de ayuda humanitaria.

Suecia, que todavía no ha completado el proceso de admisión para ser miembro de la OTAN debido al bloqueo por parte de Turquía, ha permitido las quemas del Corán por parte de ciudadanos y en protestas autorizadas en virtud del derecho a la libertad de expresión que recoge su Constitución.

«La protección de Suecia, bajo la Constitución sueca, de la libertad de expresión, es la protección más fuerte del mundo, incluso más que la primera enmienda en los Estados Unidos», explica Marten Schutlz, profesor de derecho en la Universidad de Estocolmo. «La libertad de expresión es aquí casi siempre la primera prioridad en todos los conflictos de intereses o valores». Aun así, tanto Suecia como Dinamarca están explorando opciones legales para restringir las manifestaciones de ese tipo. «Encontraremos una herramienta legal que nos permita evitar las quemas del Corán frente a embajadas extranjeras», ha prometido el ministro de Relaciones Exteriores danés, Lars Lokke Rasmussen. Kristersson, por su parte, ha adelantado que su gobierno «ya comenzó a analizar la situación legal, incluida la Ley de orden público, con el propósito de explorar el alcance de las medidas que fortalecerían nuestra seguridad nacional».

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