Sospechoso de espionaje el jefe de la delegación diplomática rusa en Bruselas
Cuando Rusia dio comienzo a la invasión de Ucrania, en febrero de 2022, muchos países de la UE expulsaron a diplomáticos rusos considerados agentes encubiertos
Alemania, el país europeo más infiltrado por el espionaje ruso
El director de la Misión Permanente de Rusia en Bruselas, Kirill Logvinov
Kirill Logvinov trabaja como diplomático en Bruselas desde 2018 y es director de la Misión Permanente de Rusia en Bruselas desde hace un año. Esa es al menos su tapadera, según el semanario alemán Der Spiegel, que acusa a Logvinov de trabajar en ... realidad para el servicio de inteligencia exterior ruso SVR. A esta conclusión habrían llegado las autoridades de seguridad belgas tras una investigación a la que ha tenido acceso este medio.
Los rumores sobre Logvinov y sobre las actividades del círculo diplomático ruso en Bruselas ya fueron objeto de intensos rumores durante el año pasado. En una entrevista con la agencia estatal rusa de noticias Tass en septiembre de 2022, Kirill Logvinov criticó masivamente a Occidente y su papel en la guerra de Ucrania, que en su opinión «viola la Carta de las Naciones Unidas».
Occidente impone «sanciones indiscriminadamente y sin ningún respeto por el derecho internacional», dijo, al tiempo que denunciaba que la guerra en Ucrania es parte de un intento de «un pequeño grupo de estados occidentales» de mantener su monopolio en la estructura mundial a toda costa. Se suponía que una investigación parlamentaria aclararía los posibles vínculos entre los miembros de la Comisión Europea y Logvinov.
La Comisión Europea ha aclarado que no tiene ningún contacto con el diplomático ruso y la cuestión sobre cómo tratar con el diplomático y cómo proceder con su equipo de trabajo ha ocupado a los servicios de inteligencia occidentales en los últimos meses. El contraespionaje belga ha estado haciendo presión para que el agente sospechoso fuera incluido en la lista de personas que debían ser deportadas, pero los diplomáticos del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) lo han impedido hasta el momento, posiblemente por temor a las consecuencias negativas para su propio personal en Rusia.
Expulsión de diplomáticos rusos
Cuando Rusia dio comienzo a la invasión de Ucrania, en febrero de 2022, muchos países de la UE expulsaron a diplomáticos rusos considerados agentes encubiertos. Pero el tiempo ha ido demostrando que Rusia no solamente se servía de su servicio diplomático para nutrir a sus servicios secretos, sino que tenía infiltrados relevantes servicios de inteligencia occidentales desde antes de comenzar la guerra. Alemania, por ejemplo, se ha enfrentado a uno de los mayores escándalos de espionaje de las últimas décadas, cuando sus servicios secretos han debido reconocer la existencia de un topo en el BND, que fue detenido por orden de la Fiscalía Federal y acusado de traición al Estado en favor de Rusia.
El presidente del BND, Bruno Kahl, abrió entonces una investigación interna para determinar si la inteligencia alemana estaba infectada por más casos como este. En Estados Unidos, el Departamento de Justicia acaba de escuchar la confesión de Jareh D., de 31 años, ex agente de la NSA que se ha declarado culpable de seis cargos en los que incurrió cuando imprimió documentos sercretos e intentó pasar la información clasificada de defensa nacional a un agente ruso que era en realidad un agente encubierto del FBI. La motivación, según ha declarado, fueron sus deudas personales de alrededor de 237.000 dólares.
En el caso de Logvinov, Der Spiegel no menciona operaciones concretas o pruebas recabadas en su contra. El diplomático fue designado por Putin para sustituir al embajador ruso en Bruselas, Vladimir Chizhov, que dimitió de su cargo tras 17 años. Durante el discurso de despedida de septiembre de 2022, por cierto, Chizhov acusó a la UE de «destruir puentes» sin abordar la guerra de Ucrania como causa. Chizhov había trabajado en Berlín antes de su destino como diplomático en Bruselas y fue también acusado de espionaje.