El régimen de Daniel Ortega exhibe a 19 presos políticos después de un año arresto

El régimen accedió a mostrar a los procesados después de una intensa campaña en la que los familiares de los presos políticos denunciaron «torturas» y «tratos degradantes» a través de una serie de retratos hablados en los que aparecían bajos de peso y deteriorados. La lista la conforman un aspirante a la presidencia (el politólogo Félix Maradiaga), empresarios y activistas de la sociedad civil, la mayoría de ellos acusados por el delito de «menoscabo a la integridad nacional», una norma jurídica que, básicamente, tacha de «traidor a la patria» a cualquiera que critique al régimen.

«Es impresionante mirar la valentía, la dignidad y el coraje con la que ellos se muestran en la fotografía. Sin embargo, es evidente que estamos ante un delito de Estado. Todas esas personas han sido sometidas a un aislamiento, a celdas de tortura e incomunicación. Desde el momento en que fueron arrestadas sin orden judicial, estamos ante un proceso espuria», comentó la abogada y defensora de derechos humanos Yonarqui Martínez, quien ha defendido a presos políticos desde las protestas de 2018, las cuales sacudieron al país y al régimen de Ortega.

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Los medios del oficialismo divulgaron fotografías de las prisioneras Dora María Téllez, Ana Margarita Vijil, Tamara Dávila y Suyen Barahona, integrantes de la Unión Democrática Renovadora (Unamos). También de los reos: Juan Lorenzo Holmann, gerente general de La Prensa; Luis Rivas Anduray, exgerente general del Banco de la Producción; Álvaro Vargas, exvicepresidente del Cosep; el sociólogo y economista, Irving Larios; y el abogado Róger Reyes.

Todos ellos fueron encarcelados entre junio y octubre de 2021, en una brutal escalada de represión que ejecutó el Gobierno sandinista con el fin de garantizar su permanencia en el poder durante otros cinco años más. La lista incluye a otros seis aspirantes a la presidencia y decenas de activistas de movimientos sociales que adversan a Ortega.

Finalmente, Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, se adjudicaron el 80 por ciento de los votos en unas elecciones sin competencia, en la que solo participaron cinco partidos sin bases y con antecedentes de colaboracionismo. Las elecciones del siete de noviembre no fueron reconocidas por casi toda la comunidad internacional de Occidente. Desde entonces, la crisis política nicaragüense parece estancada ante la falta de consenso y la radicalización de los sandinistas, quienes no muestran ninguna señal de negociar el poder, hasta el momento.