Veteranos del Partido Comunista chino piden más libertad de expresión
Las críticas en el seno del régimen estallan en medio de la tensión desatada por el Nobel de la Paz al disidente encarcelado Liu Xiaobo, cuya esposa ha protestado contra su arresto domiciliario
En plena tormenta diplomática por el Nobel de la Paz al disidente chino Liu Xiaobo, condenado a once años de cárcel por liderar la "Carta 08" por la democracia, al régimen de Pekín le ha estallado un nueve frente. Y esta vez no se trata ... de denuncias de otros países que el Gobierno pueda rechazar como injerencias extranjeras, sino de ácidas críticas en su seno interno.
Según informa la agencia AP, un grupo de veteranos del Partido Comunista ha suscrito en internet una carta demandando más libertad de expresión , ya que, a su juicio, se trata de un derecho garantizado por la Constitución de 1982 pero que, en la práctica, se halla limitado por numerosas leyes y regulaciones.
Para protestar contra esta situación, los firmantes, entre los que destaca Li Rui, antiguo secretario de Mao Zedong, se han dirigido a la Asamblea Nacional Popular (el Parlamento orgánico de China) pidiéndole que levante dichas restricciones.
“Este tipo de falsa democracia afirmando un principio y negándolo en la realidad es un escándalo”, denuncia la misiva, que ha sido distribuida por correo electrónico. A tenor del escrito, la censura que impera sobre los medios de comunicación chinos se ha vuelto tan restrictiva que incluso ha llegado a suprimir los pasajes de los discursos del primer ministro, Wen Jiabao, en los que reclama reformas políticas.
“Ni siquiera el primer ministro tiene libertad de expresión porque nuestro actual sistema de censura de noticias está 315 años por detrás del Reino Unido y 129 de Francia”, advierte la carta, que apunta directamente al Departamento Central de Propaganda. Dicho órgano, calificado de “mano negra invisible”, es el que finalmente decide qué noticias pueden ser publicadas y cuáles son los temas tabú de los que no pueden hablar los periodistas chinos. Aunque hay normas sobre tales límites, la lista de asuntos prohibidos es larga y va cambiando según las circunstancias políticas, por que las últimas decisiones se comunican por teléfono para evitar dejar pruebas por escrito.
Aunque esta proclama por la libertad de expresión coincide con el revuelo provocado por la concesión del Nobel de la Paz al disidente Liu Xiaobo, uno de los firmantes del manifiesto, Wang Yongcheng, negó que hubiera relación alguna entre ambos hechos. En declaraciones a la agencia AP, Wang, profesor jubilado de la Universidad Jiaotong de Shanghái, explicó que el detonante había sido la reciente detención de un periodista por desvelar un caso de corrupción en el desahucio de campesinos para la construcción de una presa. “Si se viola la Constitución, el Gobierno perderá su legitimidad", alertó el intelectual, que puede correr el mismo destino que el disidente Liu Xiaobo y su esposa, confinada bajo arresto domiciliario.
Desde que se anunció el galardón el pasado viernes, la poetisa Liu Xia permanece incomunicada en su apartamento de Pekín, rodeado por policías y guardias de seguridad que impiden la entrada de familiares, amigos, periodistas y diplomáticos, como los dos representantes de Noruega a los que se les negó el paso ayer martes.
Aunque el régimen ha anulado sus teléfonos móviles, Liu Xia se las ha arreglado para burlar la vigilancia y la censura y publicar varios mensajes en Twitter. “Protesto enérgicamente contra el Gobierno por mi arresto ilegal, una situación muy difícil de aguantar”, se ha quejado a través de esta popular red social, bloqueada en China por la “Gran Muralla Cibernética”.
La esposa del disidente desea viajar a Oslo en diciembre para recoger el premio en nombre de su marido. Pero no parece probable que el régimen de Pekín, que ha reaccionado airadamente contra el galardón y ha sacado a relucir la tensión de la Guerra Fría, permita tal desplazamiento ni, mucho menos, libere a Liu Xiaobo.
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