La red de propaganda rusa apunta a EE.UU. como instigador del atentado en Moscú

Teorías conspirativas de portavoces del Kremlin dicen que la CIA, el Mossad y la OTAN amparan a los terroristas

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EE.UU. da crédito a la autoría de Daesh en el atentado en la capital rusa

Restos del Crocus city Hall tras el atentado del pasado viernes en Moscú Efe

David Alandete

Corresponsal en Washington

El sábado al mediodía, antes de que Vladímir Putin se pronunciara sobre la autoría del ataque terrorista a una sala de conciertos en Moscú, Margarita Simonián, directora del medio estatal RT, difundió un mensaje a través de Telegram, alcanzando a más de 1,2 ... millones de personas. En este, desmentía la implicación del Estado Islámico, o Daesh; señalaba a Ucrania como responsable, y precisaba que a esta la asistía una coalición de varios grupos, igualmente notorios: «No es Daesh, es un equipo coordinado de varias otras siglas, también ampliamente conocidas».

Este mensaje marcó el comienzo de una intensa campaña de desinformación por parte de la propaganda rusa, focalizada en una compleja red de siglas asociadas a Ucrania, incluyendo la CIA, el FBI y la OTAN, implicando a todos los aliados de EE.UU. La cadena RT, que emite sobre todo por medio de internet tras haber sido sancionada a ambos lados del Atlántico, se apresuró a entrevistar a todo tipo de expertos que apuntaron directamente a esas misteriosas siglas y a esas agencias de inteligencia como colaboradores necesarios en un ataque que atribuyen a Ucrania.

Por ejemplo, el analista Pablo Jofré Leal dijo a RT que detrás del ataque posiblemente se encuentran «los servicios de inteligencia de los enemigos de Rusia». El español Jorge Verstrynge fue entrevistado para expresar que «pueden ser perfectamente los ucranianos y pueden ser perfectamente los servicios secretos de países de la OTAN». El brasileño Carlos Alberto Almeida culpó a algunos dirigentes de la OTAN, que «habían insinuado previamente que algo podría ocurrir» en Rusia.

Maria Zajárova, en una difundida por el sitio web en español Sputnik

Esta campaña de RT se replicó en otros medios estatales rusos, como Sputnik, y en cuentas en redes sociales de portavoces oficiales y oficiosos del Kremlin.

Es una técnica ya probada en el pasado. Cuando un misil ruso derribó el vuelo MH17 en julio de 2014, la propaganda rusa se apresuró a difundir todo tipo de teorías a cada cual más improbable para exculpar a Putin. Lo mismo sucedió con el envenenamiento del espía Sergei Skripal en 2018 o en los motivos para iniciar la invasión militar de Ucrania, a la que la propaganda rusa sigue refiriéndose como «operación de desmilitarización y desnazificación».

Lo cierto es que, en prevención de esta campaña de intoxicación pública, el gobierno de EE.UU. emitió el 7 de marzo una alerta pública por medio de su embajada en Moscú para que los estadounidenses en Rusia no acudieran a lugares de gran concurrencia o conciertos por el riesgo de atentados. Antes, Washington había advertido a Moscú y a Irán de que sus servicios de inteligencia habían captado en escuchas que la rama afgana del Daesh se disponía a atacar en ambos países, como acabó ocurriendo. Un ataque en enero en Irán provocó alrededor de un centenar de muertos, y el de Moscú del viernes mató a al menos 137 personas, incluidos niños.

Otra de las imágenes difundidas por Sputnik

No sólo el Daesh Jorasán, brazo afgano de ese grupo yihadista, ha asumido la autoría del ataque terrorista en la sala Crocus City Hall de Moscú. La inteligencia norteamericana da credibilidad a ese anuncio. Según esta, en meses recientes la banda yihadista ha buscado atacar a Rusia, Irán y otros aliados del régimen sirio de Bachar el Asad, que ganó la guerra civil contra grupos seculares e islámicos gracias al apoyo militar de aquellos dos. El ejército ruso llegó a desplegarse en Siria y participó en operaciones conjuntas con las fuerzas armadas del régimen de El Asad.

Mientras Putin apuntó a Ucrania, no pocos portavoces del Kremlin acusaron a EE.UU. de participar en un intento de ocultar las verdaderas responsabilidades. María Zajarova, portavoz diplomática rusa, dijo que «lo más importante es que las autoridades estadounidenses no olviden cómo su entorno informativo y político vinculó a los terroristas que tirotearon a la gente en Crocus City Hall con la organización terrorista Daesh».

El régimen ruso dijo que los detenidos por el atentado intentaban huir a Ucrania, cuando horas antes los medios oficiales dijeron que habían sido arrestados cerca de la frontera bielorrusa. Zajarova dijo que los «bastardos asesinos» planeaban huir a Ucrania, «el mismo país que, de la mano de los regímenes liberales occidentales, lleva diez años convirtiéndose en un centro de propagación del terrorismo en Europa, superando incluso a Kosovo en el frenesí extremista».

En 1999, Rusia ya fue sacudida por una serie de explosiones de edificios de apartamentos que se consideran actos de terrorismo. Sólo en Moscú, el 9 y 13 de septiembre, murieron más de 200 personas. En total, fallecieron 300. Putin, que acababa de llegar al cargo de primer ministro, culpó a la insurgencia chechena, y lanzó la conocida como segunda Guerra de Chechenia. La responsabilidad por los ataques no fue reivindicada de manera clara.

El historiador David Satter, experto en Rusia, ha acusado a Putin de perpetrar esos ataques de forma secreta para consolidarse en el poder. Según Satter, «Putin llegó al poder como resultado de un acto de terror cometido contra su propio pueblo. La evidencia es abrumadora de que los atentados en edificios de apartamentos en 1999 en Moscú, Buinaksk y Volgodonsk, que proporcionaron un pretexto para la segunda guerra chechena y catapultaron a Putin a la presidencia, fueron llevados a cabo por el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB)».

Margarita Simonian, en Sputnik

Quienes investigaban esos ataques dentro de Rusia, o en el exilio, murieron asesinados entre 2003 y 2006, supuestamente por el régimen ruso: Sergei Yushenkov, Yuri Shchekochikhin, Anna Politkovskaya y Alexander Litvinenko.

Ante la rapidez de EE.UU. en atribuir la autoría al Daesh, el Kremlin ya parece haber concluido que la responsabilidad es de Ucrania, lo que justifica la guerra que Putin comenzó en 2022 y que ya se ha cobrado la vida de 10.500 civiles, 31.000 soldados ucranianos y más de 355.000 soldados rusos.

Aunque los medios de propaganda estatal RT y Sputnik fueron sancionados por los aliados de la OTAN por su difusión de desinformación durante la invasión de Ucrania, sus empleados siguen operando en los continentes europeo y americano. Tras los atentados en Moscú, se dedicaron a sembrar dudas sobre la autoría del ataque, apuntando también a Ucrania y a su alianza con EE.UU.

El sábado, Manuel Hernández Borbolla, empleado de RT en México, desgranó en la red social X en más detalle aquellas siglas a las que su jefa, Simonían, se refería en su mensaje en Telegram: «Reportan que [Daesh] se adjudicó el atentado en Moscú. Igual que el atentado en Irán. No tan casualmente, Daesh ataca siempre a los enemigos de EE.UU. y la OTAN. Contexto: el Estado Islámico es invención de la CIA, Mossad y el MI6».

Según un informe de este sábado del Instituto Robert Lansing para Estudios sobre Amenazas Globales y Democracias, con sede en EE.UU., «desde 2016, la propaganda rusa ha estado promoviendo activamente desinformación que vincula a Daesh y Al Qaeda con EE.UU., alegando sin fundamento que Washington respalda a estos grupos rebeldes. Ahora, Moscú busca claramente aprovechar el ataque terrorista en el recinto de conciertos Crocus City Hall antes de las elecciones presidenciales de EE.UU. para acusar a la administración en Washington de apoyar a terroristas».

Tras las advertencias de EE.UU. hace dos semanas, Rusia las tachó como presiones infundadas. El 19 de marzo, en una de sus últimas comparecencias públicas, Putin tachó las advertencias estadounidenses de «provocación», diciendo que «estas acciones se le antojaban un «chantaje descarado» con la intención de intimidar y desestabilizar la sociedad rusa.

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