Putin se muestra dispuesto a parar la guerra si conserva los territorios ocupados

Las autoridades rusas exigen que se reconozca la anexión de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia

Putin quiere crear una «zona de seguridad» que proteja Rusia de Ucrania

Cambio en el Ministerio de Defensa de Rusia: «Putin se prepara para una guerra prolongada en Ucrania y una futura confrontación con la OTAN»

El presidente de Bielorrusia, Alexánder Lukashenko, y el de Rusia, Vladímir Putin afp

Rafael M. Mañueco

Corresponsal en Moscú

El presidente ruso, Vladímir Putin, llegó a Minsk en la noche del jueves para proponer a su homólogo bielorruso, Alexánder Lukashenko, ensayar un ataque conjunto con armas nucleares tácticas. Así lo aseguró Putin al ser recibido en el aeropuerto de la capital bielorrusa por ... Lukashenko en medio de la noche. Tal fue la premura que ambos dirigentes se reunieron en una sala del mismo aeropuerto.

Pocas horas después, el máximo dirigente ruso dijo en rueda de prensa que, pese a los preparativos bélicos con armas de exterminación masiva, estima necesario «renovar» las conversaciones de paz con Ucrania, pero hablando con «líderes legítimos» y teniendo en cuenta «las realidades actuales sobre el terreno», es decir, reconociendo que los territorios ya ocupados deberán quedar bajo soberanía rusa.

«Por supuesto, somos conscientes de que la legitimidad del actual jefe del Estado ucraniano ha finalizado», afirmó Putin al responder a una pregunta sobre la expiración del mandato de Volodímir Zelenski y, en relación con posibles conversaciones de paz, señaló que su país «no rechaza abordar negociaciones, pero, antes de firmar documentos jurídicamente vinculantes, hay que entender con quién puede y debe tratar, debemos estar completamente seguros de que tratamos con autoridades legítimas».

Cuatro territorios

El portavoz presidencial, Dimitri Peskov, había explicado antes, al ser preguntado por una información de Reuters citando fuentes del Kremlin que aseguraban que en Moscú hay disposición a poner fin a la guerra si Ucrania y Occidente reconocen como rusos los territorios ya ocupados, que, en efecto, «la realidad que establece la Constitución rusa incluye cuatro nuevos territorios»: Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, en donde en 2022 se celebraron consultas populares que sirvieron como base para ser anexionados.

Tal planteamiento, de «reconocer la realidad existente sobre el terreno», ha sido expresado repetidamente por el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, por su portavoz, María Zajárova, y por otros altos funcionarios rusos. Pero ha sido, también reiteradamente, rechazado por Kiev, la OTAN, Estados Unidos y la mayor parte de los países de la Unión Europea al considerarse que, ceder a ello, supondría «premiar a quien obtiene territorios mediante el uso de la fuerza». El último en recodar este posicionamiento fue el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, durante su reciente viaje a Kiev y aseguró además que «Rusia deberá pagar por lo que está destruyendo» en Ucrania, lo que pone sobre la mesa la cuestión de las reparaciones de guerra.

Este viernes, al comenzar su entrevista con Lukashenko, Putin instó a hablar «de la segunda fase de los ejercicios –nucleares-, esto se debe a la participación directa en estos acontecimientos de nuestros amigos bielorrusos y colegas en el ámbito militar». «Gracias por la oportunidad de llegar por la noche, de hablar informalmente y comunicarnos», añadió.

Le aseguró también al líder bielorruso que «después de las negociaciones con nuestros amigos árabes, tuve una reunión con miembros del Gobierno, se habló de esta visita a usted y se discutieron casi todos los ámbitos de cooperación con Minsk, incluida la cooperación industrial, la energía, la agricultura y la seguridad». El presidente ruso anunció que «algunos miembros del Gobierno ruso llegarán este viernes a Minsk para mantener conversaciones (…) tenemos una agenda enorme. Me alegro de haber podido venir hoy».

«Hoy y mañana discutiremos todo esto, incluida la seguridad, cuestión a la que ustedes prestan gran atención y en la que nosotros tenemos también algo que decir», remachó. Putin llegó anoche a Minsk a bordo de su avión Il-96-300PU, escoltado por cuatro aviones de combate, dos rusos y otros dos bielorruso. Ya este viernes estaba en Minsk el flamante ministro de Defensa ruso, Andréi Beloúsov, que mantuvo un primer encuentro con su homólogo bielorruso, Víctor Jrenin.

Despliegue militar

La Embajada de Bielorrusia en Moscú informó que los dos presidentes van a abordar también la situación en Ucrania y el «comportamiento» de Polonia y los países bálticos. A este respecto, Putin aseguró que la frontera occidental de Bielorrusia «está asegurada» con el despliegue de tropas rusas y bielorrusas, sistemas de defensa y las armas nucleares instaladas en su territorio ya el año pasado. «Todo esto cubre de manera íntegra las fronteras occidentales de nuestros países», precisó el jefe del Kremlin.

Efectivamente, el año pasado, Rusia desplegó armamento nuclear en Bielorrusia y antes, en 2022, suministro a Minsk misiles de alcance medio Iskander, capaces de portar ojiva atómica. Precisamente, los cohetes Iskander y los hipersónicos Kinzhal, también estos con posibilidad de ser dotados de cabeza nuclear e instalados a bordo de bombarderos estratégicos Tu-22M3 o de cazas Mig-31K, son las principales armas que Rusia está empleando en las actuales maniobras. Las armas nucleares no estratégicas, también llamadas tácticas, son armas atómicas, cuyos vectores son misiles de alcance inferior a los intercontinentales o estratégicos. Tienen una potencia destructiva mucho más baja que las armas estratégicas, pero son capaces de asolar amplios territorios y centros de población.

El año pasado, Rusia desplegó armamento nuclear en Bielorrusia y antes, en 2022, suministro a Minsk misiles de alcance medio Iskander

El pasado 6 de mayo, según informó el Ministerio de Defensa ruso, Putin ordenó llevar a cabo maniobras para modelar un ataque nuclear táctico contra Ucrania ante las constantes «amenazas» y con el objetivo de «aumentar la preparación de las fuerzas nucleares no estratégicas de Rusia para llevar a cabo misiones de combate». Al día siguiente, Lukashenko afirmó que su país participaría de forma conjunta en esos ejercicios militares con armas atómicas tácticas para «reforzar el potencial defensivo de Bielorrusia», aunque lo haría en una «segunda fase».

Rusia comenzó estas maniobras el pasado martes. El Ministerio de Defensa ruso informó de ello a través de su página web incluyendo un vídeo mostrando los misiles Iskander con sus lanzaderas móviles y un avión Mig-31K armado con Kinzhal. Todo ese armamento ya está siendo utilizado por Rusia en su ofensiva contra Ucrania. Los disparos de cohetes Iskander y Kinzhal, pero con ojiva convencional, son algo habitual en los bombardeos contra ciudades ucranianas.

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