Cambio en el Ministerio de Defensa de Rusia: «Putin se prepara para una guerra prolongada en Ucrania y una futura confrontación con la OTAN»

Desde este domingo Andréi Beloúsov es el nuevo ministro de Defensa de Rusia. Hasta ahora, este civil de 65 años y sin formación militar era viceprimer ministro del Gobierno de Putin. Su llegada a esta importante cartera ha supuesto la destitución de Serguéi Shoigú, que se produce precisamente después del encarcelamiento el mes pasado del entonces viceministro de Defensa Timur Ivanov en medio de acusaciones por corrupción por las que se vio salpicado.

«Beloúsov tiene una reputación más sólida al ser un tecnócrata eficaz, y fuentes internas han afirmado que tiene una relación positiva con Putin», ha expresado el Instituto de Estudios de la Guerra. «El Ministerio de Defensa ruso con Shoigu luchó contra acusaciones de corrupción de alto nivel e inercia burocrática, enfrentándose a constantes críticas de los comentaristas militares», ha añadido.

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Para apoyar su afirmación de una preparación para una guerra prolongada en Ucrania, el ISW pone el foco, entre otros aspectos, en la formación económica de Beloúsov, que precisamente ha acumulado casi una década al frente de esa cartera. «Putin probablemente tiene la intención de que utilice su experiencia en un puesto de gobierno civil para unir las políticas económicas federales con la agenda del Ministerio de Defensa ruso», reza el informe.

El análisis también se fija en las participaciones que ha tenido recientemente el ahora ministro de Defensa del Kremlin gestionando diferentes proyectos sobre drones. «Lo preparan bien para liderar el aparato en dificultades».

El pasado noviembre, Beloúsov trasladó a Putin problemas con la producción nacional de estos vehículos aéreos no tripulados. «Recientemente el Kremlin ha tenido que considerar una brecha entre la producción rusa de drones y realidades del campo de batalla contemporáneo», aporta el ISW.

En esa misma línea de dificultades en el frente respecto a los drones, el exdirector de la agencia espacial rusa Roscosmos Dmitry Rogozin ha destacado las complicaciones que experimenta Rusia a la hora de frenar los drones ucranianos en la línea del frente. Según indicó, el ejército ruso tendría que considerar otros métodos para derribar estos vehículos no tripulados. En concreto, mencionó cortinas de humo o equipos robóticos de disparo rápido. Según afirmó, el ejército ruso tiene esas capacidades, pero no en cantidades suficientes.

De hecho, el nuevo ministro ruso de Defensa presentó un proyecto estatal para la producción de drones hasta 2030 y medidas para apoyar a quienes trabajan en esta industria, todo ello valorado en unos 48 millones de dólares. «Es probable que centrarse en maximizar la innovación tecnológica y la producción particularmente en la esfera de los drones sea extremadamente valioso para el esfuerzo bélico del Kremlin», aporta este think tank estadounidense.

Otra idea que sobrevuela el conflicto es el ataque a territorios de la OTAN. Aunque es algo que el Kremlin descarta, recientemente Polonia ha expresado su preocupación sobre la intención inmediata de Rusia de atacar algún país de la Alianza Atlántica.

En línea similar se ha pronunciado el ISW, que ha afirmado que este cambio en Defensa puede traer consigo una preparación para una futura confrontación con la OTAN. Sobre estos posibles ataques, varios políticos alemanes han expresado recientemente su apoyo a que se utilicen los sistemas aéreos de defensa estacionados en la Alianza para derribar drones rusos sobre el oeste de Ucrania, con el fin de que los ucranianos se centren en proteger las áreas de primera línea.