El ex primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra obtiene la libertad condicional
La puesta en libertad del magnate tras quince años de exilio y seis meses de detención ratifica el pacto de militares y populistas para reprimir la voluntad reformista de la sociedad tailandesa
El ex primer ministro prófugo Thaksin Shinawatra regresa a Tailandia tras quince años en el exilio y acaba en prisión
Corresponsal en Pekín
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Iniciar sesiónEl largo viaje de vuelta a casa de Thaksin Shinawatra ha acabado por fin, dieciséis años después. El antiguo primer ministro, que concluyó su exilio autoimpuesto regresando a Tailandia en agosto del año pasado y desde entonces permanecía detenido, ha obtenido hoy la ... libertad condicional por supuestos problemas de salud. Su inminente puesta en libertad ratifica una maniobra entre las élites militares y populistas, rivales que otrora arrastraron al país al borde de la guerra civil, hoy aliados para reprimir la voluntad reformista de la sociedad tailandesa.
Su castigo supone, también, la historia de una pena menguante. Los ocho años iniciales quedaron reducidos a uno por intermediación del rey y han resultado seis meses que en realidad no contienen ni un solo día. Poco después de aterrizar en la zona de vuelos privados del aeropuerto de Don Mueang, el segundo de Bangkok, Shinawatra fue transferido a un centro de custodia hospitalaria aquejado de «presión en el pecho y alta tensión arterial», síntomas de una dolencia más conveniente que misteriosa.
Allí, entre comodidades en absoluto carcelarias, ha permanecido desde entonces. Ahora bien, ¿por qué tantos miramientos con uno de los fugitivos de más alto perfil? La pregunta en España se antoja familiar, también su respuesta, pues forma parte de una transacción política.
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Policía convertido en magnate de las telecomunicaciones convertido en candidato, Shinawatra obtuvo en 2001 una mayoría gracias a un programa dadivoso repleto de ayudas directas para áreas rurales. En 2005, el primer líder electo en completar una legislatura desde que en 1932 Tailandia instaurara una monarquía constitucional –apenas un siglo interrumpido por una docena de alzamientos–, arrasó. Iniciativas como la sanidad universal y los microcréditos agrícolas le granjearon el favor inquebrantable de los desamparados a cambio de la antipatía sigilosa de los conservadores, elevada a desafío explícito cuando en 2006 el Ejército le derrocó.
En 2008, con las aguas judiciales al cuello, Shinawatra optó por el exilio voluntario. La Justicia acabó por condenarle 'in absentia' por cuatro casos de malversación, abuso de autoridad y fraude. Su hermana, Yingluck Shinawatra, recuperó urnas mediante el poder para el clan en 2011, pero en 2014 las fuerzas armadas volvieron a interponerse por la fuerza, instaurando un Gobierno militar. Desde entonces, a caballo entre Londres y Dubái, el magnate aferraba en la distancia las riendas de la mitad de Tailandia.
Al menos hasta las elecciones de mayo del año pasado, cuando se abrió paso la 'tercera Tailandia', representada por Hacia Adelante, una plataforma reformista que logró una mayoría con la promesa de limitar el papel del Ejército y la Casa Real. Tras dos intentos fallidos de institucionalizar un nuevo Ejecutivo, las fuerzas rivales que durante el medio siglo se disputaron el país dejaron a un lado sus diferencias para mantener el control.
Enemigos bien avenidos
El Pheu Thai de los Shinawatra, el segundo partido más votado en los comicios, defendió en un primer momento la necesidad de conformar un frente prodemocracia, pero tras el fracaso de las tentativas optó por liderar una coalición propia con el apoyo de formaciones próximas a la Junta Militar. La Justicia pasó entonces a perseguir a Hacia Adelante, que afronta una posible disolución por mandato judicial, mientras que Srettha Thavisin, cabeza de lista de Pheu Thai, era investido primer ministro el mismo día que Shinawatra volaba de vuelta a Tailandia.
«Es oficial que [Shinawatra] ha recibido la libertad condicional», celebraba hoy Thavisin ante medios tailandeses. «Thaksin fue primer ministro durante muchos años e hizo muchas cosas buenas por el país durante mucho tiempo. Cuando salga, será un ciudadano normal». De acuerdo a las regulaciones penitenciarias, dicha conversión podría ocurrir este domingo 18 de febrero. Se cumplirá así la voluntad de Shinawatra, quien desde su huida expresó el deseo de «morir en suelo tailandés»; una libertad que, dieciséis años después, tiene por precio la de su país.
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