El presidente de Alemania ve la acogida de refugiados «en punto de quiebra»

«Me lo tomo muy en serio cuando escucho fuertes gritos de ayuda de Italia, pero también de ciudades Alemanas», ha explicado las dificultades por las que pasa su país debido a la avalancha de refugiados, que están llegando este año y el pasado en niveles incluso superiores a los de la denominada Crisis de los Refugiados de 2015. En la primera mitad del año, Alemania ha registrado más de un tercio de todas las solicitudes de asilo dentro de la UE, que se suman a los más de un millón de refugiados de Ucrania llegados al país y que no requieren solicitud de asilo. «Por eso Alemania, al igual que Italia, está al borde de la ruptura», ha reconocido Steinmeier.

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EP

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Según el Ministerio alemán de Interior, el trasfondo de la congelación de la admisión alemana de Italia es que el gobierno italiano se niega a aceptar refugiados que Alemania intenta devolver, de acuerdo con las normas de Dublín de la Unión Europea. Steinmeier pide en este sentido un esfuerzo conjunto: «Todos debemos hacer un esfuerzo para garantizar que la carga siga siendo soportable y que el número de llegadas vuelva a caer». Esto requiere, en su opinión, un reparto equitativo de la carga en Europa y un control y una vigilancia más estricta de las fronteras exteriores de la UE. «Debemos combatir resueltamente la negociación con los traficantes de personas», ha sentenciado el presidente alemán.

Steinmeier se ha referido a la crítica situación que enfrentan las administraciones regionales y municipales en toda Alemania, sin presupuesto y sin espacio físico para albergar a tantos refugiados como exige la normativa. La capital alemana, Berlín, se ha visto obligada a reconocer esta misma semana que está al límite de sus fuerzas, mientras siguen llegando personas a las que no tiene donde alojar. Desde mediados de agosto, las previsiones de las autoridades se han superado con creces.

«Un 40 por ciento más que el año anterior», calcula el senador de Asuntos Sociales Cansel Kiziltepe, que se dedica estos días a crear de la nada y rápidamente 4.000 plazas para refugiados en hoteles, pasillos y hangares de aeropuertos. Como parte de la redistribución, Berlín debe acoger cada semana a 350 solicitantes de asilo y a 100 ucranianos. Se espera que hasta finales de año lleguen un total de 10.300 solicitantes de asilo, principalmente de Siria, kurdos de Turquía y afganos, sin contar con los ucranianos que huyen de su país, devastado por la guerra. «Es necesario articular una respuesta europea», añade Kiziltepe.

El portavoz adjunto del gobierno, Wolfgang Büchner, ha preferido no comentar las declaraciones de Steinmeier, pero sí ha reconocido que es cierto que «el elevado número de accesos exige un esfuerzo nacional importante» y que los gobiernos federal, regionales y locales están «sobrecargados en su conjunto» y anota que «se debe buscar una solución entre todo». Según cifras del gobierno, más de 130.000 inmigrantes han llegado a Italia desde principios de año, casi el doble que en todo 2022. Sin embargo, el país está muy por detrás de otros estados miembros de la UE en términos de solicitudes de asilo presentadas: en Italia se presentaron en 2022 84.000 solicitudes, mientras que Francia registró 156.000 y Alemania 244.000. En su viaje a Italia, el presidente de Alemania pretende hacer ver a los socios europeos del sur que esta sobrecarga no puede quedar sobre los hombros alemanes durante mucho más tiempo.